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La esposa menor del director ejecutivo

La esposa menor del director ejecutivo

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Introduction
Ann Sue, de diecinueve años, tiene una vida doble. A esta edad, a Ann le encanta hacer lo loco. Se divierte con sus amigos en los bares, está enamorada desde hace mucho tiempo de un chico guapo que se comprometió con ella y, además, es una piloto de carreras no profesional ¡famosa entre los clandestinos! Ann debería ser una chica guay que tiene una vida libre. Sin embargo, para conseguir un mejor matrimonio para su hermanastra, el padre y la madrastra de Ann la obligaron a renunciar a su novio comprometido y a enviarla a la cama con un extraño hombre doce años mayor que ella. Este hombre rico e influyente la admitió como esposa y prometió protegerla, pero tiene preferencia por las chicas dulces, gentiles y obedientes. Así, Ann empezó a cambiar frecuentemente de papeles entre una dulce ama de casa tradicional y una moderna dama salvaje y ardiente. Hasta que un día, ella dijo. "Oye, Mocheng, estoy demasiado cansada para seguir fingiendo. ¿Estás listo para amar a un verdadero yo?"
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Chapter

Y en el bar bullicioso, acordándose de que se había reído de Zane Sue antes de salir, Ann Sue se sintió muy feliz y agarró la cerveza que estaba a su lado y se la tomó. Acto seguido se sintió un poco mareada, y fiándose del valor que le dio la cerveza, aceptó la apuesta de su amiga Xin Foo

"Ann, si el primero en venir es un hombre, vas vos; si es una mujer, voy yo".

Xin Foo, que olía a cerveza, dijo en voz alta: "¡Un beso en la boca!...¿Te animas?"

Ann, contestó: "¡Trato hecho! No tengo miedo". De haber sabido que en ese bar había más invitados hombres que mujeres, no hubiese aceptado ser parte de ese juego tan aburrido.

En efecto, en la puerta, donde había poca luz, entró un hombre. Desde la posición en la que se encontraba no podía ver con claridad su cara, por lo que no podía saber qué pinta tenía.

De acuerdo al trato que habían arreglado, no importaba si el hombre era desagradable o mugriento, tenía que darle un beso con muchas ganas mientras sentía el valor que le daba la cerveza que había tomado.

Y respondió: " ¡Dale!". Luego, se adelantó rápido y bloqueó su paso. Alzó la vista y vio sus labios s*nsuales y le dijo:" ¡Che, vos...para! ¡Besame!"

Y...mientras hablaba, se puso de pie y lo besó.

Más allá de la pinta que tenía, sus labios se veían muy atractivos y...¡eso le parecía más que bien!

Sin embargo, cuando apenas le rozó sus labios, aquel hombre la apartó de un empujón y le dijo: "¡Salí de mi camino!".

Su voz sonó fría y con un tono de desagrado. Ann vestía un blusa corta, una minifalda y un maquillaje muy llamativo. Sin duda, la consideraba una mujer poco decente.

Al verse rechazada, dio un paso atrás.

Cuando logró besarlo, sonrió, levantó sus cejas, miró a su amiga y luego se dio la vuelta para fijarse en su cara.

¡Qué cara más linda!...como si lo hubiesen tallado a mano, tan perfecto. Sin embargo, sintió que él la miraba con frialdad, con ira en sus ojos oscuros.

Era muy lindo. Pero, tenía una sensación extraña...¿por qué sentía que lo conocía?

" Mi mar..." Casi lo dijo por completo: marido.

¡Mi marido! Así es, es lo que quería decir. En efecto, el hombre de cara fría que tenía adelante era su marido recién casado, que pasaba la mayor parte del tiempo fuera de casa.

Si no lo hubiese visto, se habría olvidado de que era una mujer casada.

Lo curioso fue que cuando lo reconoció, su marido frunció el ceño, volvió a mirarla y se alejó rápido.

¡No la reconoció!

Era lógico que no se diera cuenta. Llevaba medio mes con la familia de Koo. Además, sus encuentros eran contados y la mayoría eran en la cama.

Y...durante sus encuentros la luz siempre estaba apagada. Luego, Ann se desvestía. Pero, en ese momento, tenía puesta su ropa y estaba maquillada, por supuesto que él no la reconocería.

"¡Por suerte, no me reconoció!"

Pero mientras lo pensaba, ya había abandonado a su amiga y corría lejos del bar. No se atrevió a quedarse más tiempo. Si bien su marido no la reconoció, no podía saber si ya se había dado cuenta.

Su marido, el jefe de la familia Koo, tenía 31 años. Para Ann, que tenía diecinueve años, era un mayor. Se rumoreaba que era frío, cruel y no se interesaba por las mujeres.

Podía decir que era frío y sin escrúpulos.

"¿Qué no le interesaban las mujeres? Se casaron hace medio mes y se vieron dos veces. Todas las veces, lo que buscó era acostarse con ella. Tenía mucha energía durante la noche. Así que no sabía cómo podían decir que no le interesaban las mujeres. Si no fuese así, no se habría casado con él.

De regreso, sacó un espejo y se desmaquilló despacio en el taxi. Iba a llamar a su amiga para explicarle.

Antes de que hiciera la llamada, entró otra.

"¡Señora!" Era el ama de casa de los Koo.

Mintió y dijo muy calmada: "Señor Chen, recién termino mi tarea en la casa de mi compañera y voy a volver a casa en rato".

"El señor Koo va a volver en media hora. Pidió que estés lista".