Tan pronto como llegó el último autobús, Elizabeth Yi tomó su bolso LV y se lo puso sobre la cabeza, apresurándose a salir bajo la llovizna, y corrió rápidamente hacia la comunidad de Yuewan.
Hoy era el cumpleaños de Devin Wen y ella le ha prometido que lo acompañaría para festejar. Sin embargo, le dieron horas extra en el trabajo y apenas estaba llegando.
Mientras corría, miró hacia la pantalla de anuncios brillantes en la intersección, que marcaba la hora: "23:52". Definitivamente no podría llegar a la casa de Devin en 8 minutos. A menos que... ¿quizás podría tomar un atajo?
Pero si quería tomar un atajo, tendría que atravesar todos esos edificios en obra sombríos y oscuros al lado de la carretera. Tomando en cuenta la hora, resultaba demasiado peligroso caminar por ahí.
Después de pensarlo por un momento, imaginó a Devin esperándola solo en medio de la noche oscura. Con esto, dejó de dudar, se dio la vuelta y corrió hacia el sitio de construcción, que parecía como la enorme boca de una bestia feroz.
Había un total de tres edificios residenciales sin terminar, los cuales habían sido clausurados después de que se construyeron cuatro o cinco pisos. El terreno estaba lleno de baches y montones de desechos de construcción. La chica sacó su teléfono móvil para encender la linterna y avanzó lentamente a lo largo de una pared rugosa y húmeda. Pronto entró en el tercer edificio residencial inconcluso.
Menos de 100 metros más adelante, encontró la puerta trasera de la comunidad de Yuewan, y la casa alquilada de Devin estaba al lado. ¡Sin duda podría lograrlo!
Pero en este momento, escuchó un ligero zumbido. ¿Por qué había un ruido tan extraño saliendo del edificio? Estremeciéndose, prefirió no pensar mucho en ello y simplemente correr más rápido.
Sin embargo, la luz de su teléfono comenzó a atenuarse justo en ese momento, haciendo que se detuviera y comenzara a presionarlo con ansiedad.
La pantalla se iluminó de nuevo rápidamente, haciéndola exhalar un suspiro de alivio y mirar hacia el frente. De pronto, vio una mano emerger de la oscuridad, y la respiración de un hombre se escuchaba con claridad.
"¡Ah!", exclamó mientras la mano la arrastraba detrás de la pared justo antes de que pudiera soltar un grito. El teléfono móvil cayó al suelo y se apagó.
El corazón de Elizabeth latía lleno de miedo. Por más que intentó abrir la boca para pedir ayuda, una mano grande se la cubría con fuerza, mientras que otra mano la agarraba de los brazos. De esta forma, se encontró presionada contra la pared para que no pudiera moverse.
Un hombre apareció ante su vista; alto, musculoso y fuerte. Un fuerte olor a alcohol, sudor y sangre emanaba de su cuerpo, haciéndole creer a Elizabeth que algo malo estaba por suceder.
¿Por qué pasó esto? ¿Por qué le sucedía algo tan terrible?
La chica abrió los ojos ampliamente por el miedo, luchó frenéticamente y siguió pateándolo al azar.
Pero su resistencia fue inútil; era como un conejo moribundo, con un tigre herido y hambriento encima. Una vez que ella se resignó a lo que estaba por venir, el hombre abrió inesperadamente la boca. Su voz resultó ronca y llena de algo que parecía una amabilidad y ternura inofensiva mientras decía: "Mujer, no luches, no tengas miedo, solo necesito tu ayuda".
¡Pero Elizabeth simplemente no podía calmarse! Sabía lo vulnerable que era ante este hombre; si continuaba resistiéndose, probablemente terminaría siendo víctima de un terrible acto de violencia.
Por lo tanto, decidió dejar de luchar por un rato, fingiendo estar de acuerdo con su petición.
Ante esto, el hombre relajó levemente la mano con la que le cubría la boca para preguntarle: "¿Estás casada?".
Ella no comprendió a qué venía esta pregunta y respondió con temor: "No, no...".
"Muy bien, entonces parece que estamos predestinados", el hombre susurró. "Alguien me está persiguiendo y no lograron atraparme, pero estoy herido y tuve que beber mucho vino. Pero bueno, eso no importa; lo importante es que me drogaron y necesito una mujer para superar esto, y tú eres la única que puedo encontrar ahora. Entonces, lo siento", hizo una pausa, "quisiera casarme contigo y adelantar nuestra noche de bodas".
Elizabeth sintió una opresión en el pecho. A pesar de que todavía era virgen, sabía a lo que se refería porque tenía un novio del que llevaba varios años enamorada. Parecía que nadie podría salvarla ahora. Todo su cuerpo tembló de miedo mientras las lágrimas caían. ¡No! ¡Ella no quería enfrentar ese tipo de cosas! ¡Simplemente no podía aceptar algo tan terrible!
Así que volvió a luchar violentamente, como una bestia moribunda atrapada. Sin embargo, todos sus esfuerzos fueron en vano. Su cuerpo retorcido hizo que el hombre se volviera más feroz y su respiración más rápida y pesada.
"Por favor, cálmate y escúchame", él intentó mantener un tono tranquilo. "Te prometo que soy lo suficientemente alto, guapo, rico, joven, soltero, fiel y cumplidor de promesas. Tal vez no sea un buen hombre, pero tampoco soy un terrible villano. Si te casas conmigo, nada te faltará, así que no tengas miedo ni luches; de lo contrario, esto será demasiado doloroso".
Elizabeth escuchó vagamente sus palabras, pero no pudo evitar sentir un miedo mayor. Estaba claro que él no pensaba soltarla, aunque luchara con más fuerza. En medio de la oscuridad, sintió que él agarraba su mano izquierda y buscaba algo para ponerle en el dedo.
"Este es nuestro anillo de compromiso", dijo él. "Te encontraré y me casaré contigo en tres meses. No importa cómo te veas o quién seas, cumpliré mi promesa. Este anillo es una muestra".
Las lágrimas de la chica no dejaban de rodar. No le importaba el anillo ni el compromiso, solo quería mantener su inocencia…
Al sentir su miedo y sus lágrimas, el hombre se detuvo. "Si tú no estás satisfecha conmigo la próxima vez que nos reunamos, puedes enviarme a la cárcel o pedirme que pague cientos de millones de dólares. No me opondré; pero por ahora, lo siento".
Luego de esto, el hombre procedió a besarle el cuello con mucha paciencia. Parecía que quería ablandar su cuerpo para reducir su miedo. Sin embargo, no la besó en los labios ni una sola vez.
Lentamente, la mente de Elizabeth, envuelta por el miedo, se convirtió en un caos. Parecía haber perdido todos los sentidos y no podía pensar ni moverse en absoluto. Entonces, el dolor golpeó todo su cuerpo, sus lágrimas volvieron a estallar y comenzó a temblar de dolor...
No supo cuánto duró el acto hasta que él finalmente dejó su cuerpo. Ella se derrumbó de dolor y debilidad entre la pared y su atacante, sintiendo que iba a morir. No podía dejar de llorar, de luchar y de pensar, haciendo que incluso respirar fuera difícil.
"Lo siento, si hubiera sabido que se trataba de tu primera vez, habría tratado de ser más gentil", él besó las lágrimas en su rostro. Tal vez porque la medicina ya había hecho efecto y tenía menos dolor, sus movimientos se relajaron mucho. "Prometo que te compensaré al doble en el futuro".
‘¿En el futuro? ¿Qué quiere decir con eso?’, los pensamientos de Elizabeth se desvanecieron, y esperaba que todo esto no fuera más que una pesadilla...
"Disculpa, pero tengo que irme". El hombre la ayudó a sentarse para ponerle su abrigo, luego le tomó la mano y le dejó un beso en el dorso. "Hasta entonces".
Luego de esto, desapareció en medio de la noche.
Elizabeth cerró los ojos y se sentó impotente en la oscuridad sintiendo que, después de lo sucedido, el alma se le había separado del cuerpo.