Tarde en la noche, en el pasillo de un hospital una joven tira del brazo de un hombre de mediana edad que parecía a punto de irse. Ella llora y suplica: "Papá, te lo ruego, salva a mi madre, sálvala por favor, no la dejes morir".
"Tu madre no tiene posibilidad de salvarse en lo absoluto". El hombre le contestó con frialdad mientras le quitaba la mano de encima.
"Pero el médico dijo que si le dábamos un millón él podría realizarle la cirugía . Papá, por favor, danos un millón". Las lágrimas de la joven mojaban su tierno rostro.
El hombre apretó los dientes y se acercó a la chica. Al mirar su rostro cubierto de lágrimas, como flor de pera cubierta de rocío, hermoso y encantador, inclinó ligeramente la cabeza hacía ella y le dijo: "Lolo, puedes salvar a tu madre si me prometes una cosa".
"Haré lo que me digas, lo prometo, lo prometo." La joven asintió, haría lo que fuera por salvar a su madre, hasta su propia vida daría si él así quisiera, solo era cuestión de pedirlo.
"Sé que eres una buena chica. Sé también que te enteraste sobre el matrimonio entre tu hermana y el joven de la familia Long".
La niña miró con sus grandes ojos claros, sin entender lo que quería decir su padre, y contestó , "¡Lo sé!"
“Ese muchacho espera casarse con una mujer casta pero tu hermana no lo es, la repudiaría si lo supiera. Por lo tanto, quiero que reemplaces a tu hermana en el lecho la primera noche que pasen juntos”
El esbelto cuerpo de la muchacha se debilitó instantáneamente y miró a su padre con un escalofrío. "¡Papá, no, no quiero!"
El hombre le apretó la mano fríamente y dijo: “Ésta es la única manera de salvar a tu madre. Si me prometes que lo harás, te daré el dinero inmediatamente. Está en tus manos salvar la vida de tu madre, si pasan más de tres días sin esa cirugía, será demasiado tarde “.
Los ojos de la niña brillaron con ansiedad. Respiró hondo y cabizbaja respondió. “Está bien, te lo prometo.”
“Mira, niña, vístete bien mañana, dedícate el tiempo suficiente al arreglarte. Él es el hijo del presidente del Corporativo Long, no lo pasarás mal”, el hombre le dijo al tiempo que le daba unas palmaditas de ánimos en los hombros.
Todo el mundo sabía que todas las chicas de la ciudad querían acostarse con este hombre.
.La chica se sentó con gentil tristeza, pero el saber que salvaría a su madre la hizo sentirse alegre de nuevo.
Al día siguiente, por la noche, en la suite presidencial de un hotel de lujo.
La habitación estaba tenuemente iluminada, la joven se sentó en la cama nerviosamente abrazándose a sí misma, temblando.
De repente, la puerta se abrió y una figura alta y recta entró por la misma. La figura apretó el interruptor de la luz y descubrió que la luz parecía estar descompuesta. Pero todo esto estaba así planeado.
La chica apenas podía controlar su respiración cuando se bajó de la cama. Pasó un brazo nervioso y tembloroso alrededor del cuello del hombre, se puso de puntillas y besó torpemente al hombre en el costado de la cara.
Después de besarlo en la cara no supo que hacer, pero la enorme mano del hombre la tomó de la nuca y la acercó a su boca para besarla.
“Hum…", la boca de la chica había quedado sellada por aquellos labios delgados y ardientes.
La mente de Lolo Sue había quedado en blanco.
Ella aún se resistía al beso de este voluptuoso hombre, pero sus besos no le permitían pensar con claridad, dio un profundo respiro. Se sentía mareada, aplastada contra la cama por el peso de este hombre, sofocada con sus besos; en un abrir y cerrar de ojos, su pureza fue aplastada.
Lo que sucedió a continuación no se podía describir con palabras.
En la oscuridad, Lolo Sue estalló en lágrimas…...