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¿Salir conmigo?

¿Salir conmigo?

En proceso

Introducción
Jessi se casó con Mason en un matrimonio por contrato, en el cual, ambos acordaron matener el matrimonio platónico. Mason lo había dejado en claro: solo amaba a su novia, Rachael, y sólo tendría sexo con ella. Pero en su noche de bodas, un hombre se acostó con Jessi, ¡y ella pensó que era su nuevo marido! "¡Suéltame! ¡Me prometiste que no me tocarías!" "¡No pelees conmigo, mujer! ¡O te enfrenta con las consecuencias!" Esa voz ronca, definitivamente no era la de Mason. A la mañana siguiente, Jessi se dio cuenta de que el hombre no era su marido, sino su tío político Leslie. Inspiradamente, después de la noche de boda, Leslie se encariñó con el cuerpo de Jessi, y Jessi también. Ella se sentía pecadora porque estaba casada, pero dormía con el tío de su esposo. Sin embargo, pasó el tiempo, y Jessi se empezó a dar cuenta de que Mason comenzaba a mostrarle su afecto. Un día, Mason llamó a la puerta mientras Leslie y ella estaban teniendo sexo...
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Capítulo

En una magnífica villa de estilo europeo, un Mercedes Maybach frenó de golpe.

Adentro del auto, un hombre apretó con fuerza sus delgados y pálidos dedos, revelando así, su extremada ira. Entonces, un extraño rubor apareció en su rostro.

Aquel sujeto frunció el ceño con fuerza y una mirada solemne se mostró en su perfilada cara. Cuando comenzó a hablar con sus elegantes labios, su voz sonó bastante fría,

"¿Te encargaste del tipo que me drogó?"

El ambiente en el coche era bastante tenso. Joey Liam sintió un extraño escalofrío en la espalda, así que respondió apresuradamente.

"Sí, presidente, esa píldora es muy potente. Será mejor que le consiga una mujer".

"No hay necesidad." El hombre salió del coche y se fue...

En el pasillo, el hombre vio a Jessi Scott, quien vestía un vestido de novia, tratando de abrir la puerta de su habitación. Entonces, sus agudos ojos fueron inmediatamente engullidos por la lujuria. Rápidamente se adelantó para sujetar la esbelta cintura de la chica y se la llevó adentro de la habitación.

En la oscuridad, el hombre apretó a Jessi contra la pared y besó sus delicados labios rojos.

Jessi abrió mucho los ojos. "No... um..." Ella solo pronunció silabas, mientras sus labios eran sellados por los besos del sujeto.

Ella intentó con todas sus fuerzas liberarse, pero sabía que nunca podría luchar contra un hombre, y mucho menos con uno tan cachondo.

Cuando la empujaron sobre la cama, Jessi siguió retrocediendo. "Mason Tanner, teníamos un acuerdo antes de casarnos. ¡Prometiste que no me tocarías!"

"Je..." El hombre se burló en la oscuridad. Se quitó el abrigo y la corbata.

"Sé una buena chica, mujer". Sonó una voz parecida a la de un demonio.

"No te me acerques, ah..." Jessi estaba muy asustada y quería escapar, pero no importó cuánto luchó, porque todo fue en vano.

Ella abofeteó al hombre con fuerza. "¡Aléjate!"

"Mujer, no tengo tanta paciencia". Sonó la impaciente voz del hombre, cuya respiración hizo que ella temblara.

Ella se mordió los labios y empujó el pecho de él con todas sus fuerzas. Sin embargo, sus manos eran demasiado frágiles, así que el sujeto continuó con lo suyo.

"¡No puedes hacerme esto! Hicimos un trato".

Las lágrimas cayeron de sus ojos y gotearon sobre la almohada.

Miraba al techo con sus grandes ojos llorosos, como si hubiera un enorme monstruo en la oscuridad, el cual mostraba sus colmillos y blandía sus garras para tragarla.

Su lucha parecía no tener ningún efecto sobre él. Así que lentamente, ella dejó de luchar y sus ojos sólo mostraron exasperación.

Sintiendo su desesperación, el hombre le pellizcó la barbilla con los dedos y dijo secamente: "Seré responsable". Luego, comenzó a moverse encima de ella.

Jessi no estaba acostumbrada a nada de esto, por lo que al final, se desmayó por el cansancio físico.

Después de una noche salvaje, el sol brilló en la hermosa cama de estilo europeo, y los brazos de Jessi, que estaban expuestos, lucían tan blancos como la nieve.

Su cabello negro se desparramaba sobre las sábanas de seda y su delicada cabeza descansaba sobre el fuerte brazo del hombre.

Entonces, sus pestañas aletearon como alas de mariposa y poco a poco abrió los ojos. Su cuerpo le dolía mucho... Esa fue su primera sensación.

Ella recordó inmediatamente lo que había sucedido anoche. ¿Su marido por contrato le había quitado la virginidad después de acordar que no podía tocarla?

"Buenos días”. La voz de un sujeto extraño llegó a sus oídos. Aunque había visto pocas veces Mason, estaba segura de que aquella voz no era la suya.

Entonces, el pánico se apodero de ella, quien se giró rígidamente y vio un hermoso rostro mestizo.

Su cabello era suave y dorado, y sus ojos eran tan azules y claros como el cielo.

Ella gritó en estado de shock, "¿Quién… quién eres?"

"A tus ordenes, Leslie Smith."