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Princesa Fugitiva Multimillonaria

Princesa Fugitiva Multimillonaria

En proceso

Introducción
Barbara llevó una vida casi perfecta como princesa heredera al trono del país llamado Averna. Lo que parece ser su vida perfecta comienza a desmoronarse cuando pilló a su prometido en la cama con su linda hermanastra la misma noche en que se anunció el compromiso de Barbara con él, el Príncipe Colin. Escapándose del Palacio Averna disfrazada con su mejor amiga, Nadia, Barbara disfrutó de su noche en un exclusivo club nocturno para aliviar el dolor que le había causado el Príncipe Colin, a quien amó durante muchos años. Luego llegó Adrian Pierre, un multimillonario desalmado, que acudió al mismo club nocturno para olvidarse de la muerte suicida de una mujer que estaba obsesionada con él. Nunca la amó ni a ninguna mujer con la que pasó solo una noche en el pasado. La mujer lo dejó con una sorpresa... una hija de un año. Adrian no estaba preparado para comprometerse a amar a una mujer durante toda la vida... el matrimonio nunca estuvo en su mente. Tiene una razón para ello. ¿Qué pasó cuando conoció a Barbara esa noche? ¿Esa noche apasionada con Barbara cambiaría su futuro? ¿La encontrará de nuevo... con sólo un zapato de cristal dejado atrás?
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Capítulo

Afuera del Club Luxe, en la ciudad de Averna

"Nadia...", susurró Barbara. Pero su mejor amiga seguía hablando por teléfono con alguien que supuso las dejaría entrar al exclusivo club nocturno. El club Luxe era la propiedad compartida de un hombre que estaba enamorado de Nadia Saunders, la tercera hija de un multimillonario de Averna. Su amiga estaba utilizando sus encantos para hacerlas ingresar al club en secreto, ya que no tenían invitación privada.

"Por favor, Nadia. Me estoy congelando y este vestido rojo es demasiado corto para mí", susurró Barbara mientras entrelazaba suavemente sus brazos con los de ella.

"Shh, no digas nada. Tienes que mezclarte o…". Nadia se acercó a ella y le susurró: “Tu disfraz no servirá de nada. Ya es bastante malo que tu cabello sea de un rojo tan llamativo, puedo verte desde lejos con ese color. Tendrías que haber aceptado usar una peluca".

"Detesto las pelucas. Además, nadie podrá reconocerme con este maquillaje tan pesado y este vestido de z*rra", se burló Barbara, pellizcándole el brazo. Nadia se echó a reír y le sonrió a su mejor amiga, quien se veía mucho más hermosa que su apariencia aburrida de siempre.

"Confía en mí, querida... Viéndote ahora, estoy segura de que te acostarás con alguien esta noche", comentó riéndose maliciosamente. Barbara volvió a pellizcarle el brazo.

"No vine para acostarme con nadie, sino para divertirme. Quiero bailar, sabes que me gusta bailar. Estoy cansada de ser quien soy en estos últimos diecinueve años. ¿Qué estoy recibiendo a cambio? ¡Un padre que no se preocupa por mí, una madrastra que me detesta y un prometido infiel que se acostó con mi hermanastra! ¡Arrghh!". Estaba a punto de volver a llorar, pero Nadia se acercó para abrazarla y acariciarle la espalda.

"Oye, cálmate. Vinimos para divertirnos un poco, así que no hablemos del idiota de Colin". Nadia le secó las lágrimas con los dedos, "Ya no llores, estás arruinando tu maquillaje. Estás hecha un desastre"

"No...", sollozó Barbara. "Este maquillaje y este vestido me hacen verme como una stripper, Nadia".

Nadia volvió a reírse y pellizcó sus mejillas sonrosadas. "Querías un disfraz y eso fue lo que te di".

"¡Hola, princesa!". Jacob Joyner, también conocido como Jakey, caminó hacia Nadia y Barbara con una amplia sonrisa. Abrazó a las chicas que eran sus amigas desde el jardín de infantes. Su presencia hizo que una mujer en la cola de su exclusivo club se desmayara y empezara a babear por él. Pero sus ojos estaban fijos en Nadia Saunders, con quien había salido una vez en la escuela, pero lo dejó cuando lo descubrió besando a otra chica. Era un error que Jacob se arrepentía de haber cometido.

"Jakey, estás aquí. Ayúdame con la invitación, por favor, porque tu hermana no me está ayudando". Nadia hizo un puchero y se acercó para susurrarle dulcemente al oído: "No arruines su disfraz. Necesita venir esta noche para sanar su corazón roto. Por favor, hazme este favor, ¿sí?". Luego, batió sus pestañas con sensualidad y le dio un pequeño beso en la mejilla. Sabía exactamente cómo obligarlo a hacer lo que ella deseaba.

Las blancas mejillas de Jacob se pusieron rojas. "Pero te va a costar, preciosa", declaró sonriendo. Tenía miedo de lo que sucedería si el rey de Averna, el padre de Barbara, descubría que él era uno de los culpables de haber traído a su preciosa hija al club que compartía con Jerome, su hermano mayor. Podía ser encarcelado o desterrado de la ciudad. Pero Barbara le había rogado que la dejara divertirse esa noche, solo esa noche. Y como uno de sus amigos, él aceptó siempre que Nadia también viniera.

Nadia puso los ojos en blanco. "¡Está bien! Solo una cita, pero no me acostaré contigo", declaró fulminándolo con la mirada, haciéndolo reír. Barbara le dio un guiño a Jacob, ya que cada vez que Nadia decía que no se acostaría con él... terminaba haciendo todo lo contrario. Sabía lo mucho que a Jacob le gustaba Nadia y creía que eran una buena pareja en varios aspectos. Si bien su amiga no lo admita, todavía sentía algo por él.

"De acuerdo, preciosa". Jacob sacó dos invitaciones privadas y se las entregó a Nadia. La acercó más tomándola de la mano y le dio un beso en los labios. Su movimiento la tomó por sorpresa. Barbara cerró la boca y gritó de alegría.

Nadia lo empujó para terminar ese beso descuidado que odiaba. "¡Basta, Jakey!".

Sus acciones arruinarían la reputación de Nadia, pues lo último que quería era ser conocida como una de las muchas mujeres con las que Jacob Joyner se había acostado. "No vuelvas a hacer eso".

"Perdón, preciosa. No puedo resistirme a tus labios". Luego, les ofreció ambos brazos para que Nadia y Barbara los agarraran. Los tres entraron al club nocturno, sin saber que todo cambiaría después de esa noche.

**********

Cinco autos deportivos Ferrari de diferentes modelos estaban estacionados en la entrada del club Luxe. Eran los invitados VIP de esa noche. Gracias a ellos, el club estaba lleno de mujeres que querían acercarse a los propietarios de esos vehículos, sobre todo a los famosos y multimillonarios hermanos Pierre: Adrian y Allen.

“Hola, Adrian. ¡Viniste!". Jerome Joyner, propietario mayoritario del club Luxe, saludó a su amigo que conocía desde la universidad. A la edad de veinticinco años, Adrian Pierre había ampliado el negocio de su padre, el cual había tenido pérdidas de miles de millones en ganancias. Asumir el control del negocio de su padre y volverlo exitoso había sido una forma de vengarse de su madre, quien había dejado a su padre por otro hombre rico.

Como era de esperarse, su madre quería a su padre de regreso, pero Adrian no permitiría que eso sucediera. ¡Sobre su cadáver! Se aseguraría de que su madre no recibiera nada de la riqueza de su padre.

Su odio por lo que su madre le había hecho a su padre le hizo odiar a todas las mujeres. Solo las usaba por placer sin condiciones. De hecho, Adrian nunca había tenido una relación seria.

"Ya sabes por qué estoy aquí. Veamos qué tienes planeado para mí, Jerome", señaló dándole un puñetazo a su mejor amigo. Con una camisa blanca informal y jeans, su sencillo atuendo hacía que las cabezas se volvieran para ver su hermoso rostro y su rubio cabello dorado. Adrian estaba orgulloso de su físico, ya que las mujeres se derretían cuando él se quitaba la camisa para mostrar sus abdominales perfectamente tonificados.

"¿Alguna vez te he decepcionado, Adrian? ¡Vamos! Esta noche haré que te olvides de todo. Incluso he contratado a una belleza que te complacerá hasta que te olvides de tus problemas, sobre todo de la mamá de tu bebé muerto. Tienes que seguir adelante y dejar de sentirte culpable. Ella te hizo la vida miserable". Jerome le dio una palmadita en el hombro a su mejor amigo y caminó con él para entrar al club, seguido por sus otros amigos.

Cuando entraron, una hermosa mujer pelirroja llamó la atención de Adrian.