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Luna de Sangre

Luna de Sangre

Autor:Cambrit

En proceso

Introducción
La vida de Lilith Johnson había cambiado de la noche a la mañana, su madre se había suicidado y la había dejado sola en el mundo o por lo menos eso es lo que ella creía, hasta que una mujer se presenta después del entierro de su madre y le dice que su abuela paterna se haría cargo de ella de ahora en adelante por lo que se tenía que mudar al estado de Luisiana, la ciudad de Nueva Orleans, una ciudad misteriosa la cual oculta muchas cosas de su familia y de ella. ¿Estará lista para descubrir los lo que esta ciudad misteriosa oculta?
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Capítulo

Se suponía que Navidad y Año Nuevo eran la mejor época para todos, sin embargo, para mí no lo era y no es porque odiara las fiestas, las amaba, pero ahora eran las peores fechas que podían existir.

¿Cuál era el motivo?

La muerte de mi madre, una muerte inexplicable para mí.

¿Por qué? Me preguntarán

Por el simple motivo que fue un suicidio, mi madre amaba su vida, jamás había atentado con su vida y eso fue lo primero que les había dicho a los oficiales que vinieron al instituto donde yo me encontraba en ese momento, pero ninguno de ellos me hicieron caso, para ellos mi mamá había saltado de un puente porque odiaba su vida.

Si eso fuera verdad lo aceptaría, pero conocía a mi madre, sabía que ella amaba cada cosa de su vida, me amaba hasta a mí que era un desastre andante y si eso fuera poco también amaba los malditos mosquitos que aparecían en el verano para jodernos la existencia a todo el mundo, sin embargo, ella pensaba que eran adorables y que no teníamos que matarlos cuando nos picaban.

Por esa simple razón, desde hoy Navidad y Año Nuevo serian las peores fechas festivas para mí.

Después del entierro de mi madre creí que me llevarían a un orfanato, de uno que sabía que no iba a salir hasta que cumpliera los 18 años, porque sabía que nadie querría adoptar a una adolescente de 16 años, casi 17 porque el 3 de enero cumpliría años, por lo que dudaba que alguien quisiera adoptarme. Sin embargo, de un momento a otro aparece una mujer diciéndome que mi abuela, madre de mi padre, se haría cargo de mí.

Cabe destacar que jamás supe quien era mi padre, mi mamá siempre que le preguntaba se largaba a llorar y me decía que si un día aparecía alguien de la familia de mi papá y me quería llevar con ellos, escapara, sin embargo, en este momento no podía escapar, no tenía a dónde ir porque todo lo que le pertenecía a mi madre seria mía cuando cumpliera recién cuando cumpliera la mayoría de edad, mientras tanto lo único que tenía era una tarjeta la cual todos los meses me iban a depositar una cantidad de plata que mi mamá dejo estipulada a sus abogados para poder mantenerme.

Daniel el abogado principal de mi madre, el que controlaba todo y el que era el mejor amigo de mama me había acompañado hasta el aeropuerto, iba a tomar un avión con la mujer que me había dicho que mi abuela iba a ser mi tutora de ahora en adelante, el avión me iba a llevar de Londres a Nueva Orleans, el país natal de mi madre, del cual escapo después de tenerme a mí, jamás me dijo el motivo, sin embargo, ahora que sabía que la familia de mi padre estaban en ese país supongo que era por eso que se había ido de del país que la vio crecer, dejando todo atrás y para dedicarse al modelaje en Londres.

-Puedo pedir ser tu tutor hasta los 18- Me dice Daniel sacándome de mis pensamientos, él me conocía desde que era una dulce bebe, él era como el tío que no tuve y lo amaba más de lo que en algún momento le dije- No tienes por qué ir a la casa de personas que ni siquiera conoces, aparte tu madre no hubiese querido que estuvieras con ellos.

-Tengo curiosidad por conocerlos- Le contesto con una sonrisa- Jamás mama me dijo por qué mi padre no estaba presente por lo que quiero saber la verdad.

-Está bien- él me dijo dándome un abrazo- Pero si llegas a necesitar algo sabes mi número de memoria puedes llamarme a la hora que sea y por la plata no te preocupes, que todos los meses te voy a depositar para que no le tengas que pedirle nada a ellos.

Cuando nos separamos le dedico una sonrisa, la más sincera que le pude dedicar a alguien en este momento, una sonrisa que seguramente carecía de felicidad, sin embargo, él me entendía más de lo que cualquier otra persona.

-Te amo- Le susurro- Trata de no extrañarme mucho.

-Te amo más caprichosa- Él me dice sonriendo- Cuídate y no dejes que nadie te haga sentir menos.

-Nunca

Escucho que dan un llamado de abordaje para todos aquellos que iban a Nueva Orleans por lo que sigo a la mujer que trabajaba para mi abuela, creo que me había dicho que se llamaba Elena o Elisa, no le había prestado atención cuando me lo había dicho, lo único que había escuchado cuando se acercó a mí después del entierro de mi mamá era que mi abuela iba a ser mi tutora, antes y después de eso no escuche nada más.

-Señorita Clutterbuck- Me dijo la mujer que venía conmigo cuando ya estábamos sentadas en el avión, pero yo la mire raro, mi apellido era Johnson, no Clutterbuck- Perdón, me olvide de decirle que su abuela la ha reconocido formalmente, por lo que ya no se apellida Johnson.

-Tendrían que haberme preguntado si quería que me lo cambiaran- Le reclamo enojada- Soy una persona que tiene voz y voto, yo no soy una niñita por si no le has avisado a mi abuela.

-La señora consideró que era lo mejor- Me dice mirando para otro lado- Va a ir a un internado que es muy exclusivo y necesitaba tener el apellido de su padre.

-¿No voy a ir a la casa de mi abuela?-Pregunte asombrada- Si me lo hubieran informado, les hubiera dicho que prefería que me dejen internada acá en Londres.

-Es un buen internado- Yo ruedo los ojos cuando me dice así, como si en Londres no existiera buenos internados- Aparte este internado, es el mismo que tus padres estudiaron cuando eran chicos, vas a ser grandes amigos.

-Como sea.

No hablamos más en el transcurso del vuelo, cosa que me aburrió a más no poder, siempre fui una chica demasiado habladora y el que ahora no tenía con quién hablar, me estaba volviendo loca porque estaba demasiada ansiosa y lo peor era que estaba asustada por el internado, jamás había estado en uno y todo lo nuevo asustaba en gran medida. Por lo que para distraerme me puse a ver por la ventana del avión.

Lástima que no había guardado todos mis libros en unas de las maletas que no tenía conmigo, un libro me ayudaría mucho a distraerme estas 10 horas de vuelo hasta Nueva Orleans.