Quizás no me dejen escribir una dedicatoria,
pero quería hacerlo de todas maneras.
Sabemos que este poema es tuyo.
Lleva tu nombre, como mi corazón,
también te pertenece.
Debemos brindar, quizás por una victoria
o quizás por el simple hecho de ser
uno parte del otro.
Así que, ¡salud!
Esto va por ti.
Por los besos que no te puedo dar.
Por tus mejillas, que no puedo sentir.
Porque las líneas van dedicadas a ti.
Porque esto recién empieza.
Tu mano y la mía entrelazadas.
Ya verás, quedarás enamorada
de mis miedos y mis torpezas,
porque soy torpe al quererte
y tengo miedo de perderte.