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Una Luz En Mi Oscuridad

Una Luz En Mi Oscuridad

Autor:Anne Mon

En proceso

Introducción
Luciana no había tenido una vida fácil, a tan corta edad comenzo a tener muchas responsabilidades, pero cuando conoce a Erick Howard, muchas cosas cambian. El es un hombre exitoso y a su edad ya tiene todo hecho y solucionado, pero carga con un oscuro pasado que lo atormenta. Cuando mira por primera vez a Luci su mundo empieza a tomar otra forma, convirtiendo esa oscuridad en luz, esa esencia que le hacía falta a su solitaria vida. "Él se enamoró de mi luz y yo me enamoré de su oscuridad"
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Capítulo

Podría decir que hoy es un día normal como cualquier otro, pero no es así, hoy es un día bueno y amaneció más soleado y caluroso. No es que me guste el calor, pero prefiero más este tipo de clima que uno nublado y con lluvia, aunque me guste la lluvia, solo que ese tipo de clima me trae recuerdos tristes y me hace poner melancólica.

Bueno, como decía, hoy es un día bueno, hoy tengo un examen muy importante en la Universidad; estoy positiva, sé que lo pasaré, ya que me esfuerzo siempre estudiando. Siempre me preguntan las personas el cómo hago que me alcance el tiempo para poder estudiar y poder pasar todos los exámenes, pero yo únicamente les respondo que me sé organizar.

Si sé que es algo difícil, puesto que actualmente estoy estudiando por las mañanas en una Universidad y tengo dos trabajos, y no nada más eso, también cuido de mis hermanitos el tiempo que estoy en casa.

No es fácil; sin embargo, tampoco imposible.

Hago mi rutina de todos los días, me levanto, me baño y me visto, soy una chica sencilla aparte que mi economía no me deja ni pensar en algo costoso y mucho menos para mí, igual no me interesan cosas costosas, lujosas o bonitas, son cosas materiales que se acaban con el tiempo y no sirven de nada, solo para lucir ante la sociedad; soy una chica pobre y humilde que es feliz con lo que lleva puesto sin desear lo de los demás.

Mis pequeños mostrillos son mi alegría de todas las mañanas, la más pequeña es Amy, una niña alegre y muy madura para su corta edad de 6 años. Ella es casi igual a mí, solo que ella es más fuerte, como la amo a mi revoltosa. Luego sigue Mateo, mi travieso y celoso Mateo, "el hombrecito de la casa" según dice él. Mat es un niño muy serio, intentando ser adulto a sus 9 años, queriendo siempre protegernos, mi pequeño hombrecito.

Después sigue Ray, mi angelito, le digo así por qué él fue como dicen los doctores un milagro, nada más que él no tuvo la misma suerte que mis hermanos y yo... salud.

Mi pequeño angelito tiene una enfermedad de nacimiento, los doctores le llaman "microcefalia", yo me informé mucho de eso y hoy en día sé que hay muchas terapias y actividades para que él pueda mejorar, pero mi salario no me lo permite, estuve llevándolo un tiempo a terapias, hasta estudie un poco de eso y de enfermería para yo hacerme cargo de él; sin embargo, no es lo mismo.

Ya que no ha mejorado sigue sin poder caminar y hablar bien, por más que me consiguiera un segundo trabajo no me alcanza, por el hecho de que tengo que pagar también las escuelas de mis otros hermanos, más gastos de la casa, medicamentos de Ray, para alimentarlos con algo decente, porque me gusta alimentarlos sanamente, y no hablemos de mi transporte, algunas veces he ido caminando para ahorrar lo del bus, también me sirve de ejercicio, hay que verle el lado positivo a todo.

Todos me preguntan por mi madre, cuando voy a dejar a mis pequeños a la escuela la maestra pregunta por sus padres, solo me limito a responder "están ocupados trabajando".

Sé que no es bueno decir mentiras, algo que les digo a los mostrillos que no hagan es mentir, pero esto que hago, lo hago por el bien de ellos. Sí, tenemos mamá, pero es como si no tuviéramos. Cada día mi madre está más y más perdida en el alcohol y las drogas, me duele decirlo y contarlo, ya que por más que le digo y suplicó que vaya a un lugar de ayuda no me hace caso. Me duele decirlo; sin embargo, ella ya no tiene remedio, perdí todas las esperanzas con ella, no puedo darles detalles de mi madre a las maestras o a las autoridades, ya que se podrían llevar a mis hermanitos y separarlos en orfanatos.

Me informé y eso fue lo que me dijo también Olivia, ella es mi madrina y también la única persona que ha estado con nosotros en las buenas y malas, es como una madre para nosotros; ella me aconseja y cuando no estoy ella se hace cargo de mis hermanos, se informó de las adopciones porque cuando yo era menor de edad quería adoptarnos, pero fue imposible porque ella era soltera en aquel entonces y como no es familiar menos, son muchas cosas que piden y a ella le pusieron muchos obstáculos, aun así, dice que no se va a dar por vencida que ahora que se case con su novio Mike, un buen hombre por cierto, volverá a intentar adoptar a mis hermanos aunque ya no pueda hacerlo conmigo.—Como quiera eres mi hija. —siempre me lo dice.

Llego a la cocina y veo a Amy acomodando sus loncheras, la de ella y Mat.

—Buenos días, Princesa —le digo al entrar a la cocina, dándole un beso en la frente —. ¿Qué haces?

Ella levanta la vista y me sonríe.

—Buenos días, Luchi —me responde con el apodo que me puso, la verdad no me gusta que me digan así, pero por ser ella, a ella se lo dejo pasar. —Estoy ayudándote para preparar los lonches, ya saqué estas cosas, ya que yo quiero un emparedado gigante con muchas de estas —señala los ingredientes. —Y Mat solo lo quiere de queso, como siempre él y su sencillez —se queda viendo los ingredientes, mientras yo contengo la risa que me ocasiona.

—Está bien, emparedado, gigante para la princesa glotona y otro sencillo, rápido, y práctico para el nada complicado de Mateo. —le digo muy seria y ella me ve medio molesta.

—Yo no tengo la culpa de amar mucho la comida, aparte tú tienes culpa por hacernos la comida deliciosa —sonríe mostrando todos sus dientes.

—Bien, princesa glotona, y ¿dónde está Mateo? —le pregunto —Ve y búscalo y dile que se dé prisa, si no se nos hará tarde.

—¡Ya voy! —sale corriendo gritando a todo pulmón —¡Mat, ya sal que llegaremos tarde!

Les preparo sus lonches, dejo todo organizado y arreglo todo para cuando lleguemos después de clases y darles rápido de comer y poder irme al trabajo. Voy por Ray y veo que ya está despierto, igual todas las noches lo dejo todo listo, me acerco a él y le doy un beso en la frente.

—Buenos días, mi angelito —le digo, él solo se me queda viendo, igual él no se expresa mucho, a veces intenta hablar, pero muy poco. —Vamos, que ya es hora de marcharnos. -—voy por su silla de ruedas y me acerco con ella a su cama, primero lo reviso si está limpio y ya después lo subo en ella.

Llegamos a la cocina y ya están allí los mostrillos listos con sus cosas, me gusta que sean independientes y responsables.

—¿Listos? —les pregunto y ellos solamente asienten con sus cabecitas.

Llevo a Ray con la vecina, ella lo cuida mientras regreso de la UNI, me despido de él con un beso en la frente y me dirijo a la escuela de mis hermanos, todas las mañanas voy y los dejo, a la hora de salida viene Olivia a recogerlos y llevarlos a casa, ya que mi.

Universidad está muy retirada y hago casi una hora de recorrido de ida y otra de vuelta, y ellos salen como media hora antes de que yo salga de clases, lo bueno que tengo el apoyo de Olivia.

—Bueno, mis mostrillos ya llegamos —los dejo en la puerta de la entrada, les doy un beso a cada uno y me despido. —Pórtense bien, no quiero quejas, por favor —me quedo viendo a Amy, ella solo asiente sin verme a los ojos. —Ya saben Olivia viene por ustedes, los veo en la casa. —me despido y me regreso, ya que la parada del bus está del otro lado de la casa.

Lo bueno que su escuela está a unas cuantas cuadras de la casa y de la parada de autobuses y no me toma mucho tiempo llegar ahí. He llegado a tiempo como siempre, ya sé a qué hora llega el transporte, rara vez se me pasa lo bueno que este día no fue uno de esos, ya que necesito llegar con tiempo de sobra para arreglar unas cosas, antes de ir a hacer mi examen.

Mi vida es así todas las mañanas, a veces es más ajetreada, cuando se me hace tarde, y Amy se pone difícil con su peinado, en fin, aun de este modo, amo a esos mostrillos.