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Bajo la misma luna

Bajo la misma luna

Autor:Meldie93

En proceso

Introducción
Alessio, es un hombre lobo muy anciano, ademas de ser el Alfa supremo, ha vivido muchas guerras, ha experimentado muchas emociones a lo largo de su existencia, pero lo que más anela es encontrar a la mujer que está destinada a estar con él. Una noche, siente un fuerte dolor en el pecho, un dolor tan insoportable que se ve obligado a llamar a su guia espiritual para que le explique que sucede, él simplemente le dice... "Su hembra esta en días fertiles"
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Capítulo

Hombres lobos, son unas criaturas bastante fascinantes desde mi punto de vista, para muchos son seres que merecen ser alejados de los asentamientos humanos y de preferencia, no tratar con ellos ya que tienen muy mala fama de ser explosivos y de mal carácter. Yo nunca he conocido a uno, así que no sabría decir si esto es cierto o no y no puedo negar que tengo ganas de conocer a uno. Algunas de mis conocidas han creado un aura de misticismo y erotismo alrededor de estos seres ¡Y NO ES PARA MENOS! porque otra de las cosas que se dicen de ellos, es que sus hombres son todos unos dioses en la cama; Pfff... desde mi punto de vista, lo que me llama la atención de ellos es la forma en cómo pasan desapercibidos para nosotros los humanos si así lo desean, además de que son demasiado longevos.

En el caso de mis padres, ellos les tienen terror y entran en pánico cuando escuchan que hay un clan está cerca del reino, su miedo no es simple fundamento, sino que... hace muchos años atrás, la pequeña aldea en donde vivía antes, se vio atacada por un grupo de salvajes, afortunadamente fueron unos de los supervivientes que lograron escapar, en ese tiempo yo era una recién nacida.

Mientras huían, uno de los salvajes los estuvo persiguiendo como un animal rabioso, afortunadamente lograron llegar al siguiente pueblo en donde buscaron refugio, pero a la mañana siguiente, el pueblo fue evacuado y los que vivían ahí fueron enviados al Reino de la Luna, ya que, mis padres en medio del pánico, se adentraron en los territorios del Rey Alessio, un hombre lobo. Para su mala suerte, ellos no podían irse a otro lado ya que no tenían recursos, además de que mi madre me sostenía entre sus brazos con tan solo tres días de nacida.

Afortunadamente, su rey es demasiado benévolo que les ofreció refugio y recursos a los recién llegados, con esto, mis padres pudieron volver a tener una casa y su pequeña granja. Pese a todo esto, ellos todavía se muestran temerosos de los hombres lobos, espero algún día puedan perdonarlos o como mínimo, que no juzguen a todos con la misma vara.

Mientras andaba por el mercado haciendo un mandado de mi madre, escuché a algunas mujeres cotillas que decían que el reino de Solem está en un punto bastante delicado, ya que su nuevo rey, Dorian, es un hombre con una fuerte debilidad por las mujeres y cada tanto tiempo manda a llamar a las jóvenes de su reino. Me siento muy afortunada de no estar en ese lugar, aunque claro... tengo entendido que el rey Alessio pronto va a llamar a las jóvenes también, en busca de una consorte o esposa.

Termino de comprar todo y regreso a casa, como era de esperar, mi madre está muy alterada por la noticia, ella discute con mi padre y le enseña un pergamino, al parecer, un guardia real lo ha traído. Madre camina de un lugar a otro por la pequeña sala de la casa, mi padre se sienta en una de las sillas y escucha con atención las quejas de su esposa, mientras ellos hablan del tema, yo voy a la cocina a acomodar todo lo que traje.

—¡Yo no sé cómo funcionan las relaciones de esas criaturas, pero no voy a dejar que se lleve a mi niña! Imagina que podría hacerle una bestia como él y no lo digo por ofender, lo digo enserio... se rumorean cosas terribles sobre el apetito sexual del rey Alessio y me preocupa.

Al escuchar esto, no puedo evitar soltar una risa nerviosa mientras niego con la cabeza, seguramente no es tan malo como ella piensa y lo que en realidad habla son sus miedos, no su razonamiento. Escucho como mi padre resopla con fuerza, ese hombre le tiene una infinita paciencia a su esposa, de eso no hay duda alguna.

—Querida ¿Qué quieres hacer? No podemos esconder a la niña, sabes que tienen un excelente olfato, tampoco podemos enviarla a otro lado, no tenemos dinero.

—Lo sé, lo sé... pero...

Decido dejar a mis papás hablar tranquilamente, sirve que me tranquilizo yo también, que me he puesto demasiado nerviosa con todo lo que he escuchado. Salgo de la casa y me voy a los establos a ver a los animales, necesito despejar mi mente y tratar de no pensar en lo que puede ocurrir cuando los guardias vengan.

El resto de mi día transcurre de forma cotidiana, ayudando a mi madre con las labores del hogar, limpiando el patio, entre otras cosas, para cuando la noche cae, me siento muy cansada y agotada, además de sudada y pegajosa, me siento asquerosa. Como todas las noches, me doy un merecido baño para después arreglarme e ir a la cama.

Cuando mi cabeza toca mi almohada, casi al instante cierro los ojos, se siente tan bien por fin poder descansar después de un arduo día de trabajo, una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro y un sentimiento de satisfacción y realización se apodera de mí. Si, hoy fue un excelente día.

Sin previo aviso, mi sueño se ve interrumpido por un fuerte estallido, del susto, me he caído de la cama, casi al instante me siento en el suelo y reviso mi alrededor, encontrándome con la mirada de angustia de mi madre, eso solo significa una cosa.

Me levanto del suelo y camino hacia ella, la tomo de las manos y luego le doy un fuerte abrazo, algunos sollozos se le escapan y se niega a soltarme, pero le digo que tengo que ir, que lo que menos necesita nuestra familia es que el rey se enoje con nosotros y nos haga la vida miserable por desobedecer sus órdenes. Estando más tranquila, me suelta y asiente un poco con la cabeza.

—Arreglate, que te están esperando abajo— Murmura con voz apagada y melancólica. —Me han dicho que no necesitas llevar nada.

Asiento con la cabeza y me empiezo a arreglar lo más rápido que puedo, pero todavía tengo el cerebro medio dormido, así que me es difícil elegir un vestido adecuado para ver al rey, de lo agobiada que me sentía, cerré los ojos y el primero que tomé fue el que me puse, luego me arreglé lo mejor que pude mi cabello y salí de mi habitación lo más rápido que pude.