Afuera brillaban relámpagos y retumbaban truenos. Había estado lloviendo todo el día.

De pie frente al armario, Emilia arrojó toda su ropa en su maleta, una tras otra.

El reloj de la pared hacía tictac. Ya era pasada la medianoche, pero Austin todavía no había regresado a casa.

Hace tres años, Emilia se casó con Austin. Sin embargo, Austin siempre había estado ocupado con el trabajo y todos los días regresaba a casa muy tarde. Emilia siempre estaba preocupada por él, por lo que se quedaba despierta hasta tarde, esperando que él regresara sano y salvo a casa y luego atendía todas sus necesidades. De hecho, no se acostaría hasta que Austin estuviera dormido.

Pero hoy las cosas eran diferentes.

Justo cuando Emilia cerraba la cremallera de su maleta, escuchó fuertes pasos detrás de ella.

Lentamente se giró y se encontró con los ojos fríos de Austin, que siempre estaban tranquilos y sin emociones cuando la miraba. Tenía un millón de cosas que quería decirle, pero cuando miró sus ojos indiferentes, descubrió que sólo podía decir dos palabras. "Estás de vuelta."

Austin miró el equipaje empacado y resopló con frialdad. "¿Te vas de viaje? ¿Adónde te diriges?"

Emilia no tenía la energía para explicar. Ella simplemente lo miró y dijo: "Te he preparado algo de comida. Primero puedes comer algo. Después de eso, hablemos".

Esa misma tarde, se desmayó y fue enviada al hospital. El médico le hizo un chequeo y le hizo algunas pruebas. Inmediatamente después de recibir el informe del examen, recibió el mensaje de Layla.

Así que fue directamente al departamento de Layla después de salir del hospital.

Cuando se casó con un miembro de la familia Riley, Emilia sabía que Layla, la cuñada de Austin, y Austin se remontaban a mucho tiempo atrás. Ella, Austin y el hermano de Austin, Josiah, prácticamente crecieron juntos y fueron compañeros de juegos de la infancia.

Tanto Austin como su hermano terminaron enamorándose de Layla, pero Layla eligió al hermano de Austin. Posteriormente, su hermano sufrió un accidente y resultó gravemente herido, lo que afectó gravemente su salud. Después de que él y Layla se casaron, se mudaron al extranjero.

Hace unos días, el hermano de Austin murió debido a su mala salud, por lo que Austin voló al extranjero para traer los restos de su hermano. También trajo de vuelta a Layla e incluso la dejó vivir en uno de sus apartamentos.

Por supuesto, si algo le sucediera a Layla, él sería el primero en aparecer.

Siempre aparecían juntos en diferentes lugares, luciendo como una pareja acogedora, mientras que Emilia, la verdadera esposa de Austin, era como una extraña que no tenía nada que ver con él.

Emilia siempre se dijo a sí misma que Layla era solo la cuñada de Austin y que no entablarían una relación inapropiada.

Sin embargo, empezó a sospechar que ese no era el caso cuando recibió una foto de Layla. En la foto, Austin vestía un delantal y cocinaba en la cocina. Emilia y Austin llevaban tres años casados, pero él nunca había cocinado para ella.

Con el corazón en la garganta, Emilia tocó la puerta del apartamento de Layla.

La puerta se abrió, revelando a un hombre alto y frío. "¿Qué estás haciendo aquí, Emilia?"

El tono de Austin estaba lleno de disgusto, como si su repentina llegada hubiera arruinado su plan.

Detrás de él estaba Layla, que vestía nada más que una toalla de baño y su cabello mojado caía sobre sus hombros.

Con los ojos muy abiertos, Emilia miró la escena frente a ella en total shock.

¿Por qué demonios Layla se mostraría delante de un hombre de esta manera? A menos que...

Las lágrimas brotaron de los ojos de Emilia mientras levantaba la mano y abofeteaba a Austin con fuerza en la cara.

"¡Cómo te atreves!"

Emilia pensó que se enfurecería, pero para su sorpresa, en realidad se sintió muy tranquila.

Quizás fue porque esperaba ver algo como esto cuando vino aquí. Completamente decepcionada de él, ella se dio la vuelta y se fue. De camino a casa, le envió un mensaje a Austin.

"Vuelve a casa esta noche. Necesitamos hablar".

Antes de que Austin llegara a casa, Emilia cocinó una gran variedad de platos y luego empezó a empacar sus cosas.

Cuando llegó, Emilia salió del dormitorio bajo su fría mirada.