Leila.

　　Y luego de un año, aquí estoy, devuelta en esta ciudad que tantos recuerdos me trae, la ciudad que me vio en mis mejores y peores momentos. La ciudad que me enseño el verdadero dolor, la ciudad que me presento al amor de mi vida.

　　Parece imposible que haya pasado tanto tiempo desde la ultima vez que estuve aquí, aun recuerdo el ultimo dia, el dolor, la pena, el terror de no volver a recomponerme jamás de todo lo que había pasado.

　　Pero lo logre, aun con todo en mi contra lo logre.

　　Las primeras semanas fueron muy dolorosas, demasiado dolorosas. En las noches aquel dolor el pecho aumentaba hasta el punto de ser insoportable, Damian estaba cumpliendo al pie los pasos para romper un lazo. Se estaba acostando con otra.

　　Dos meses, un ardor insoportable se hizo presente en mi cuello. Sentía la marca al fuego vivo, mi marca había desaparecido por completo aquella noche. Damian había marcado a otra persona.

　　Al día siguiente, el dolor en mi pecho había desaparecido. El lazo había terminad de romperse por completo, era de alguna manera libre. Pero no fue así, mi mundo había cambiado por completo en seis meses.

　　Pase de sentirme la persona más feliz a las mas miserable en menos de 24 horas, había quedado sola, sin amigos ni familia que me apoyara.

　　Adam me había acompañado en todo el doloroso proceso, de él había sido la idea de mudarnos y dejar aquella pesadilla atrás, siempre se lo agradecería.

　　Se había convertido en mi principal apoyo, incluso después de un año conviviendo con el vampiro seguíamos soportándonos. La gente pensaba que éramos novios, era divertido. Había pasado una temporada trabajando en una tienda de ropa y siempre nos preguntaban por el matrimonio, si supieran que los pechos para nada son su tipo.

　　De alguna manera mi personalidad había cambiado, me había vuelto mas segura de mi misma y no me afectaba lo que la gente dijera de mí. Había cambiado mi color de cabello a un rojo intenso, el naranjo natural estaba pasado de moda, me había tatuado Principalmente por perder diferentes apuestas y también me había decidido para perseguir mis sueños.

　　Entrar a la universidad y conseguir graduarme como psicóloga infantil, mi sueño de pequeña, lamentablemente. El lugar mas cerca donde se estudiaba esa carrera era en California, aquella ciudad plagada de licántropos, tenia que volver por fuerza mayor y no dejaría que Damian y su manada siguieran cortando mis sueños.

　　Eh, ¿Sigues ahí? La voz de Adam me saco de mis pensamientos, lo mire con una sonrisa.

　　¿Qué pasa, mariposita? Me fulmina con la mirada mientras yo rio, amo decirle así.

　　Te quedaste como tonta mirando la casa Le doy un suave golpecito en el hombro mientras le saco la lengua en forma infantil.

　　Como si tu no hicieras eso también Miro la casa por unos segundos Estoy cansada, solo quiero dormir.

　　Tu siempre quieres dormir, eres como un oso. ¿Enserio? ¿Un oso?

　　Gracias por compararme con un animal gordo y salvaje Ríe negando con la cabeza y me abraza por los hombros, dándome un pequeño beso en la cabeza.

　　Con el dinero que teníamos juntado mas los ahorros del vampiro, logramos comprar una pequeña cabaña cerca del bosque, había sido el plan desde el principio, una casa cerca del bosque para que Adam coma animales y no a mí

　　Ambos salíamos ganando.

　　Fruncí el ceño al entrar a la casa, estaba totalmente desordenada, miré fulminante a Adam.

　　Joder Adam, visite la semana pasada para ordenar todo Murmure ¿Qué hiciste en toda la semana? Empieza a abrir la boca como un pez fuera del agua, claramente nervioso, levante una ceja mientras esperaba su respuesta.

　　En realidad, no me dio tiempo Su cara se ilumino Pero, podemos ordenar juntos Arrugo la nariz disgustada, odio ordenar.

　　Que te jodan.

　　En realidad, yo los jodo Ruedo los ojos divertida y sin decir nada mas me voy a mi habitación, hago una mueca al ver el colchón el piso.

　　Genial, buen empiezo de semana.