PopNovel

Leer en PopNovel

Alto, Cariño

Alto, Cariño

En proceso

Introducción
Después de firmar un contrato de reemplazo, se convirtió en la esposa falsa del CEO indiferente. La primera vez que se vieron, ella le dio tanto su primer beso como la primera noche. Y siempre fue obediente con él cuando él la quería. Pero, poco a poco, ella ya no supo si se trataba de un trato de negocio o de corazón... Cuando apareció su legítima esposa, él se le hizo de la vista gorda. Cuando ella quería retirarse, él pasó toda la noche con ella en su habitación. Cuando ella estaba enojada, él abandonó a su esposa solo para engatusarla desde lejos. Cuando ella estaba triste, la llevó otra vez a su habitación y cerró la puerta, con acciones que probaban su amor. Hasta que ella no pudo soportarlo y le gritó: "Myron, ya no tenemos nada que ver el uno con el otro. Por favor, no me toques de nuevo. ¡Ve a buscar a tu legítima esposa!". Sin embargo, él solo la sostuvo con una sonrisa astuta, le desató los botones de la camisa, enterró la cabeza en su cuello, dijo vagamente: "¡No hay nada de una esposa legítimamente casada, mi verdadera esposa eres tú!"
Abrir▼
Capítulo

La mujer frunció el ceño ante las noticias y se estremeció frente a la ventana. Austin le acababa de comunicar que Myron estaría de regreso esta noche. 

El mismísimo Myron Wilson que se había convertido en su esposo hace menos de un mes aunque todavía no lo había visto en persona. Lo único que le habían contado era que era el director del Grupo Wilson, el consorcio más grande Chicago. Tenía mucha curiosidad por saber qué tipo de persona era. 

Los medios de comunicación lo tildaban de indiferente, así que temía que no se pudieran congeniar bien. Por otro lado, también sabía que había amado a la misma persona, Ellen Davis, por años sin tener ningún escándalo público. Quizás simplemente era una persona reservada, y si ese era el caso, entonces tenía mucha suerte.  

De todas maneras, era un tema que la inquietaba porque tenían que actuar como si realmente fueran cónyuges. Tenía que conocerlo lo más pronto posible. Dejando escapar un suspiro, Ella bajó la mirada. 

No tenía sentido que se comiera la cabeza pensando en esto porque el arreglo ya había sido firmado, así que simplemente tenía que cumplirlo: tomar el nombre de Ellen Davis y actuar como si fuera su esposa, así como darle un hijo. 

—Señora Wilson, la gran señora Wilson pregunta si le gustaría unírsele a cenar —le preguntó respetuosamente una de las criadas atrás de la puerta cerrada. 

—De acuerdo, bajaré en un momento —le respondió ella antes de meterse al baño para maquillarse. Luego bajó las escaleras rápidamente y se sentó en la mesa en donde la esperaban los padres de su esposo. 

—Lamento la tardanza, papá, mamá. 

—Ellen, estás muy delgada, come todo lo que quieras. Me gustaría ver un poco más de carne en esos huesos —le pidió la señora con una sonrisa. 

—¿Me parece que has adelgazado desde la boda, querida? —le preguntó el señor con preocupación a lo que la mujer probó elegantemente la sopa que les habían servido. 

—Sí, pensaba que se me vería mejor así. 

—Entiendo, cuando era más joven también me gustaba ser delgada. No importaba lo delgada que fuera, siempre quería bajar más de peso y ahora estoy sufriendo las consecuencias de ello —le contó la señora suavemente haciendo que la mujer abriera los ojos con sorpresa. 

—Señora, sí usted luce increíble —le dijo con envidia—. Ya me gustaría tener su cuerpo en el futuro. 

—Ay, Ellen, muchas gracias por tus palabras —le respondió entre risas. 

—Estoy diciendo simplemente la verdad. Tiene la misma figura que una jovencita —le aseguró de nuevo. 

—Bueno, pero termínate la sopa, la preparé yo misma. 

—¿En serio? ¡Entonces tomaré dos platos! —Ella Hill le dijo mientras se llevaba el plato a los labios. La señora Wilson aplaudió con ternura. 

Ella Hill se terminó la sopa en segundos y saboreó cada cucharada porque tenía un excelente sabor. Una de las criadas se acercó para retirar el plato y colocarle uno nuevo. 

—Coma un poco más, señora. La señora Wilson hizo personalmente la sopa porque el doctor Roy lo recomendó para su salud. 

¿Su salud? Ella dejó de comer en el acto. 

—Hablas demasiado, querida —le regañó con los ojos entrecerrados la mujer mayor a la criada. Esta dejó escapar una risita nerviosa antes de irse.

—Ellen, no te preocupes por lo que dijo. Estaba un poco preocupada por tu salud porque estás muy delgada, pero nada más —le aseguró la señora Wilson. 

—Sí, no le prestes atención —asintió el señor. 

—Entiendo, señores, Myron ya tiene treinta años, así que a mí también me gustaría que se vuelva un padre lo más pronto posible —dijo la mujer mientras les sonreía tímidamente. Al escucharla, ambos adultos se miraron entre sí con amplias sonrisas. 

—Nos encanta cómo piensas porque la mayoría de jovencitas no consideraría tener un bebé tan rápido. Sin embargo, tampoco queremos que te estreses, dejemos que la naturaleza haga su trabajo. 

—Claro —asintió Ella con la cabeza. 

—Señores Wilson, el señor Myron ya llegó —le anunció uno de los mayordomos. 

—¿Oh? ¿Ya llegó nuestro hijo? —preguntó con júbilo la mujer mayor antes de levantarse de la mesa.