PopNovel

Leer en PopNovel

Tentación Lobuna

Tentación Lobuna

Autor:Laila Limouni

Terminado

Introducción
Cualquier herida causada en tu vida será eterna si tú no logras borrarla. Quizás alguien te ayude a curarla.
Abrir▼
Capítulo

  Las gotas de agua impactaban contra el suelo, una tras otra causaban ese molesto ruido.

  La lluvia, acompañada del viento, provocaba en los árboles los sonidos de hojas mezcladose con agua, causando una inquietante imagen.

  Sabía que me querían matar, querían terminar con mi vida, igual que hicieron con todos los demás. No querian dejar ningún rastro de nuestra manada y mucho menos querían dejar pruebas de nuestra muerte. Los Superiores los harían pagar si se llegaran enterar de lo que nos han hecho; Los matarían.

  Mis zancadas eran cada vez más cortas, estaba cansada de correr y el frío de aquella noche no ayudaba mucho.

  Me sentía débil, sin ningún rastro de fuerzas para seguir, pero necesitaba intentarlo, es más debía lograrlo.

  Lo único que me quedaba en ese momento eran las ansias de venganza.

  Las ramas a mi alrededor irrumpian en mi camino, arañando mi piel con cada roce, dejando largas líneas cubiertas de sangre.

  Debía admitirlo, tenía miedo, demasiado. Y aunque lo intentara, mi pulso se negaba a relajarse.

  Gire mi cabeza en un rápido movimiento, tratando de distinguir sus siluetas, más me fue imposible.

  Mi pie atravesó el interior de una rama salida del suelo, haciéndome tropezar y con ello caer.

  Maldije en voz baja, intentando levantarme nulamente.

  Las lágrimas en mis ojos se deslizaban por mi rostro, exponiendo mi dolor, mi tristeza, el anhelo de paz que hay en mi interior. Solo quería terminar con esto, escapar y que no me encuentren, pero ¿como hacer eso con

  licántropos y vampiros?

  Sus pasos cesaron, dejando varias patas en frente mío y entre ellos varias piernas, sin embargo, unas destacaba más que las otras, cubiertas de una oscura tela; las de Hilon.

  Los lobos en frente mío gruñen mostrando cada uno de sus afilados colmillos. Sus ojos verdes me observan con odio y deseo de despellejarme en un segundo, mas no lo hacen.

  Los pocos vampiros no se quedan atrás, sus colmillos cubiertos de la sangre de mi manada y sus odiosos ojos rojos no se apartan de mi.

  El miedo recorre cada parte de mi cuerpo acompañado de escalofríos que erizan mi piel.

  Intento levantarme, sin embargo me es imposible, el dolor en mi pierna es abundante.

  Mi mirada se cruza con la de Hilon, sus ojos marrones llenos de odio eran tenebrosos. Los rasgos de su rostro se marcan cuando aprieta sus dientes. Una sonrisa maliciosa recorre sus labios, provocando un temor más profundo en mi.

  —Te tenemos — Gruñe, enseñando sus colmillos — como si no fuera obvio— dando varios pasos hacia mi. Mi intento de arrastrarme hacia atrás es en vano, como si no me hubiera ni movido.

  —¡Vete al diablo! — Grito con aborrecimiento en mis palabras, arrugando mis ojos y mostrándole mi descomunal ira.

  —Tranquila, lo haré , pero no será hoy.

  El claro odio que hay entre nosotros dos es inmenso, nuestras miradas no demuestran lo contrario..

  Él me dedicó una última mirada, antes de hablar:

  —Atacad. — Ordena, generando que cada uno de los licántropos detrás de él salten a matarme. Sin embargo, los vampiros se mantienen en sus sitios.

  La sangre que recorre mi cuerpo hierve y los huesos que conforman mi esqueleto parecen haberse paralizado.

  Las enormes bestias despedazaban mi ropa de un solo mordisco, rompiendola como si no fuera nada. Otros buscaban mi piel, agarrándola como si fuera un simple trozo de carne. El dolor era horrible, tan cruel y despiadado.

  No dudaba en gritar, esto era demasiado fuerte para cada persona.

  La punzada que sentía en mi pecho, cuando uno de los lobos agarró mi piel con sus punzantes dientes era horrible, quizá espantosa.

  Lo peor de todo es que no me podía transformar. Algo me bloqueaba, algo no dejaba que mi cuerpo cambiara.

  Mi loba interior no reaccionaba hiciera lo que hiciera y eso me ponía nerviosa.

  ¿Qué era todo eso?

  Los mordiscos comienzan a cesar y los lobos a alejarse. Abro los ojos buscando respuestas, mas lo unico que me encuentro es con las temerosas expresiones de mis enemigos.

  Miraban algo con miedo, con terror.

  Mi vista se volvió borrosa debido al pánico que sentía. El miedo se paralizó en mi interior, cuando un gruñido proveniente desde atrás se escuchó. Los seres sobrenaturales comenzaron a correr, huyendo por donde vinieron.

  Mis ojos pesaban, me sentía mucho mas debil que antes y unas inmensas ganas de dormir se apoderaron de mí, cerré los ojos y una vez mas los volví a abrir, encontrandome con unos hermosos ojos amarillos, encontrandome con un bello licantropo marrón, antes de cerrarlos definitivamente.