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Mi Dominante Marido

Mi Dominante Marido

Terminado

Introducción
Tracey perdió todo en su ceremonia de mayor de edad, novio, amiga, y su virginidad. Tres años después Tracey volvió del extranjero para vengarse. Cuando estaba en el club se volvió a encontrar con el hombre que perdió la virginidad hace tres años. Ella quería escapar, pero este le detuvo: ¡te quiero ahora mismo!
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Capítulo

"Rachel, ¿qué pasa? Escuché que estás buscando...". Tracey Xia, que llevaba puesto un vestido de noche, abrió la puerta, pero antes de terminar su enunciado, vio a dos personas metidas en la cama.

"Oh... no tan fuerte... duele... Sean", gemía una mujer. Era una voz muy encantadora, pero no podía asegurar si efectivamente era la de Rachel Nan.

Tracey se quedó helada, aturdida por lo que estaba viendo.

¡Su novio, Sean Sheng, estaba teniendo sexo con su mejor amiga, Rachel Nan. Las largas piernas de Rachel le rodeaban la cintura y el rostro de Sean estaba cubierto en sudor.

"Tracey...", gritó Rachel sorprendida, y puso su mano contra el fuerte pecho del hombre como si quisiera alejarlo. Sin embargo, dadas las circunstancias en las que se encontraban, parecía más bien una reacción bastante hipócrita.

"¿Tracey?", exclamó Sean, con la mirada un poco desorientada, luego miró a la mujer debajo de él, antes de volver a mirar a Tracey.

"Sean Sheng, ¿es esta tu sorpresa? ¡Eres un imbécil!". Tracey se sintió tan furiosa e impotente que levantó la mano y le dio una bofetada.

Ese día, cumplía la mayoría de edad, por lo que la noche anterior, Sean le había prometido darle una gran sorpresa, y ¡vaya que le dio una muy grande!

"Tracey, yo lo siento. Él insistió en esto... yo, yo no quería...", trató de explicar Rachel, con los ojos llenos de lágrimas. Estaba claro que había hecho algo que lastimó seriamente a Tracey, pero fingió ser la víctima.

Tracey nunca había estado tan disgustada, pero soportó el dolor y antes de salir corriendo de la habitación, le dijo con frialdad: "Este desgraciado ya no es mi novio. Quédatelo si quieres".

"¡Tracey!", gritó Sean, yendo tras ella, pero la muchacha logró salir antes de que la alcanzara.

Tracey no vio una pizca de júbilo en los ojos de Rachel, y tampoco se dio cuenta de que esto era solo el comienzo del espectáculo.

Una vez fuera de la habitación, Tracy sintió lágrimas corriendo por sus mejillas, así que corrió desesperadamente, tratando de sacar aquella imagen sucia de su memoria. Sin embargo, antes de que tuviera tiempo de sentirse aun más destrozada, dos hombres corrieron hacia ella y la arrastraron hacia una habitación.

El repentino secuestro dejó a Tracey desubicada y en su desesperación, gritó "¡Suéltame! ¿Quién eres? ¡Cómo te atreves a irrumpir así en mi casa?".

El hombre sonreía maliciosamente mientras le tapaba la boca con las manos: "Señorita Xia, le sugiero que guarde silencio, si no lo hace, no tendré piedad de usted y sufrirá".

"¿A dónde fue la gente que estaba en el pasillo?", pensó Tracey mientras luchaba con toda su fuerza, y en ese momento, vio a Renee Xia, parada en la esquina.

Sus ojos de repente brillaron de esperanza, así que trató de pedirle ayuda.

Pero Renee, quien lucía linda y sonriente en un vestido rosa, caminó hacia Tracey y le dijo: "Hermana mía, que te diviertas".

Tracey sintió entonces como si la hubieran golpeado en la cabeza y su cuerpo se volvió más y más débil e incluso se sintió afiebrada, no había dudas: ¡Estaba drogada!

Empezando por el champán que le dieron, luego el mensaje de texto de Rachel, hasta los dos hombres que la atraparon hacía un momento; no cabía duda que se trataba de una trampa. Así que fue arrastrada hacia una habitación y en el camino, escuchaba la repugnante voz de un hombre diciendo: "Quítale la ropa, pero antes de divertirnos con ella, tómale algunas fotos”.

Entonces, acatando la orden, el otro hombre uso su teléfono para tomarle algunas fotos a Tracey que estaba semi desnuda.

"Tú juega con ella, yo cerraré la puerta", continuó y caminó hacia la puerta.

Tracey sabía que estaría arruinada si todo eso continuaba, así que, en un intento desesperado por salvarse a sí misma, cogió la lámpara que estaba en la mesa de noche y la estrelló contra el hombre que tenía en frente, y tras notar que la ventana estaba abierta, recordó que se encontraba en el primer piso, así que saltó hacia afuera sin pensarlo.

Sin embargo, su cuerpo se estaba debilitando más y más, y no sabía cuánto tiempo podría persistir, por lo tanto, todo lo que podía hacer era correr hacia adelante.

El lugar donde se hallaba era el jardín trasero del castillo, donde casi no había personas, y justo en el momento en que se sentía a punto de desmayarse, se arrojó a los brazos de una persona, gritando: "¡Ayuda, ayúdame!".