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Redimida por el Rey Alfa

Redimida por el Rey Alfa

Terminado

Introducción
Lyla Santana era humillada y rechazada en su manada después de que sus padres fueran acusados de planear algo contra el alfa. Incluso su prometido, el futuro alfa, Isaac, le dio la espalda. Ella perdió la esperanza de encontrar el amor verdadero y abandonó la idea, pero el destino tenía otros planes cuando el poderoso rey alfa visitó su manada y, para su total sorpresa, declaró que ella era su pareja. El rey Augustus Lorenzo poderoso, guapo y peligroso, no esperaba encontrar a una Luna, pero la aceptó y castigó a aquellos que le habían hecho daño. Sin embargo, Augustus tiene secretos y problemas que pondrían a prueba esta nueva relación, y ahora, otro hombre dice amarla y luchará por ella. Es una batalla de pasión y lucha por amor y los hombres están dispuestos a arder por ella. "No quiero lástima de ti, Lyla, quiero tu amor... Por favor", estaba vulnerable, nunca lo había visto así antes. Mi corazón se apretó en mi pecho y tenía tantas ganas de abrazarlo. Desearía poder quitarle su dolor. "Te amo", le temblaba la voz. Tomé su rostro con mis manos y apoyé mi cabeza contra él. Estábamos cerca, muy cerca. Las lágrimas rodaron por mi rostro cuando le dije; "Gracias por todo y adiós..."
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Capítulo

Narradora: Lyla.

El dolor me invadió al tiempo que veía cómo mi pareja elegida y futuro alfa, Isaac Morales, pronunciaba votos de amor a otra mujer, Amanda Gimenez, la primera hija del beta y mi ex mejor amiga.

Tal y como hicieron los demás, Isaac me dio la espalda cuando acusaron a mis padres de traicionar a la manada. El alfa Morales hizo caso omiso a sus explicaciones y ordenó que los mataran. Según ellos, les habían informado al enemigo sobre nuestros secretos y formaron parte de un golpe para derrocar a nuestro alfa actual. No obstante, todo era falso, ya que mis progenitores eran miembros leales de la manada.

El único motivo por el que me dejaron con vida es que no encontraron pruebas en mi contra, sin embargo, eso no quería decir que me trataron bien… Hicieron todo lo contrario, me encerraron en celdas y me t*rturaron durante meses con la esperanza de que admitiera mi supuesta culpa. Aunque todo eso no dolió tanto como la traición de Isaac; a pesar de que le rogué durante un período prolongado que no lo hiciera, me dejó enfrente de toda la manada, me humilló y me ordenó que no me acercara a él porque ya lo nuestro había terminado. Si permanecía con la hija de los traidores, su padre le removería el título del futuro alfa de la manada de Crimson Aster.

Apreté el puño y la mandíbula cuando la pareja en el escenario se aceptaron como esposos. Por unos instantes, sus ojos me encontraron entre la multitud y el remordimiento lo consumió de inmediato, no obstante, aparté la mirada con indignación y disgusto. Entonces, Amanda lo tomó del mentón y le propinó un beso apasionado para luego voltearse hacia mí y sonreírme.

"Hija de p*ta", le murmuré.

"Ja, gané", susurró antes de que sus ojos brillaran de satisfacción.

Amanda Gimenez fue mi amiga por muchísimos años y siempre estuvo a mi lado, pero cuando las cosas se pusieron mal con mi familia, fue una de las primeras personas en insultarme. No solo eso, sino que la muy descarada se atrevió a seducir a mi prometido para foll*rselo. Al final, anunció que sería su futura luna, no yo. Recuerdo que me quedé atónita y no hablé durante días cuando supe sobre la noticia.

«Él no es el indicado», mi loba dijo en voz baja, ya no estaba enojada ni herida debido al vínculo. ¡M*ldita sea! Yo, en cambio, seguía sintiendo dolor al ver cómo se besaban delante de mí.

«Lo amé demasiado», suspiré con lágrimas en los ojos.

«Lo sé, pero te aseguro que alguien mejor llegará y nos va a amar de verdad», pronunció con certeza.

"Atención, damas y caballeros, les presento al futuro alfa y luna de la manada Crimson Aster, ¡el señor y la señora Morales!", el alfa aplaudió, a lo que la multitud estalló en alegría. Por mi parte, me limité a gruñir y alejarme, sin embargo, me encontré con mis otras dos enemigas, las gemelas betas, Bárbara y Casey. Ambas habían hecho mi vida insoportable desde la secundaria. Crucé los brazos a la altura de mi pecho y las observé.

"Apártense de mi camino", rugí, a lo que ellas solo sonrieron y se acercaron a mí. Bárbara se echó su cabello castaño por encima del hombro antes de empujarme.

"Nah, tú eres la que estás atravesada", se quejó, y justo cuando Casey intentó tirarme al suelo, la empujé para que se alejara de mí. No puedo creer que se sigan comportando como los típicos maltratadores de la secundaria a pesar de estar en sus veinte, siempre se lo pasan buscando peleas sin ningún motivo en particular. Casey trató de darme un puñetazo en la cara, pero me agaché y la golpeé con fuerza, provocando que sangrara de la boca. Ella se enfureció y ambas gemelas se abalanzaron hacia mí, por lo que luché contra ellas con toda mi energía, haciendo que mi loba interior surgiera. Pese a que aún no me había transformado, era más fuerte debido a que ellas no habían recibido ningún tipo de entrenamiento y les preocupaba más que sus peinados y manicuras se dañaran.

Las dos chicas jadeaban y la sangre se derramaba de sus labios y narices. Los guardias tuvieron que separarnos, y la beta no tardó en llegar de forma apresurada para inspeccionar a sus hijas en busca de heridas antes de que su mirada llena de odio cayera sobre mí.

"P*rra desgraciada, ¿qué le hiciste a mis hijas?", inquirió la beta mientras me abofeteaba. Aquel impacto me habría hecho caer al suelo de no ser porque el enorme guardia me sujetó a tiempo.

"¿Qué sucede?", el alfa rugió, puesto que debió escuchar el alboroto desde el patio trasero. Todos, a excepción de mí, se inclinaron ante el intimidante hombre. Lo repudiaba con toda mi alma, y mostrarle el más mínimo respeto sería como aceptar que matar a mis padres estuvo bien.

"Encontré a la hija de los traidores agrediendo a mis pobres hijitas, alfa. ¡Es una mujer muy peligrosa, así que le sugiero que la destierren de la manada!", gritó la beta, a lo que yo solo la miré.

"Recibirá el castigo que se merece, sin embargo…".

"Ellas empezaron. Aunque eso siempre pasa, soy la única que recibe el castigo", espeté. Como el alfa se había enojado conmigo, me agarró de las mejillas con intensidad, provocando que gimiera de dolor.

"¿Quién te crees para hablarme de esa manera, niña? Podría matarte ahora mismo sin que reciba ninguna clase de repercusiones".

"Deberíamos desterrarla, alfa. No me cabe duda de que nos causará problemas al igual que sus padres", sugirió el beta. Siempre supe que ese hombre odiaba a mi padre, es más, fue él quien encontró las supuestas pruebas en su contra antes de reemplazarlo.

"Nos ocuparemos de esta chica impertinente más tarde. Por ahora, tenemos que asistir a una reunión… El rey alfa viene", le avisó a su beta, quien le dedicó una mirada de incertidumbre.

"¿Y a qué se debe su visita?".

"Está molesto por la muerte de aquellos embajadores, y lo más probable es que venga a pronunciar su sentencia".

"Pero… ¿Por qué ahora? Han pasado demasiados meses y fue un accidente", dijo el beta Steven.

"El alfa de los Llave Dorada presume lo contrario", respondió el alfa. A decir verdad, el hombre lucía preocupado, y desde luego, ¿quién no lo estaría? El alfa supremo vendría personalmente a visitar la manada, y eso no indicaba nada bueno. El rey era el alfa más poderoso entre todos los lobos, y muchos le tenían miedo por su feroz reputación.