Vienen a mi mente los recuerdos.

　　Esos malditos recuerdos que me atormentan sobre la purga del año pasado.

　　Todo estaba tan silencioso, pero era un silencio infernal el cual podía matarte.

　　—¿Crystal? —pregunta mi hermano en un susurro.

　　—Shu —le hago un gesto con la mano para que mantenga el silencio.

　　Nuestra pequeña casa tenía madera en las puertas y en las ventanas para poder protegernos un poco más.

　　Madre se encuentra abrazando a Caleb el cual está muy asustado.

　　De la nada se escucha un ruido de motor, muchos motores de auto.

　　Me acerco a la ventana y puedo ver a unos hombres bajar de el camión y patear la puerta de la casa de los Clark.

　　—¿Qué pasa? —pregunta susurrando mamá acercándose a la ventana.

　　—Los hombres que visten de negro está revisando la casa de los Clark —digo con un nudo en mi garganta.

　　—Hay que irnos —dice mamá para luego acercarse a una mochila y hechar cosas.

　　—¿Que pasa? —pregunta Caleb.

　　—Tenemos que irnos, porque iremos a otro lugar —trató de sonreír para no asustarlo.

　　—Está bien —asiente para luego acercarse a mamá.

　　Me acerco al mueble del cuál saco un arma, le quitó el seguro y guardo en mi pantalón.

　　Tomo mi bolso donde tengo todas mis cosas, pero de repente se escucha un grito seguido de un disparo.

　　—¿Que fue eso? —pregunta Caleb con la voz quebrada.

　　—Nada —niego para enseguida tomarlo de la mano y salir de casa por la puerta trasera.

　　Al salir al patio salto la reja para enseguida la salte Caleb y por último mama.

　　Al llegar a la calle miro para todos lados para enseguida correr por la calle hacia la casa del frente.

　　—¿Dónde vamos? —le preguntó a mamá.

　　—Iremos a la casa de Tanya, ella nos ayudará —dice mamá a lo que asiento para enseguida correr junto a ellos.

　　Tanya era la amiga de mamá la cual tenía dos hijos y uno de ellos era Alycia, mi amiga.

　　Cuando vamos cruzando la avenida Park de repente sale un hombre, el nos mira para luego acercarse corriendo.

　　Tengo miedo así que lo único que soy capaz de hacer es sacar mi pistola y dispararle.

　　El hombre cae al suelo y mis manos tiemblan.

　　—Crystal lo mataste —dice mi hermano, pero yo solamente miro el cuerpo muerto del hombre.

　　—Hay que irnos antes de que más hombres lleguen —dice mamá a lo que empieza a correr con Caleb.

　　Trato de correr, pero todavía tiemblo por haber matado al hombre.

　　—¡Crystal! —sacude Caleb mi brazo.

　　— ¿Si? —preguntó.

　　—Vámonos a casa ya es tarde —dice poniéndose de pie de la banca a lo que yo también hago lo mismo.

　　Caminamos por las vacias calles hasta llegar a casa, en donde nos está esperando mamá.

　　—¡Volvimos mamá! —grita en modo de aviso Caleb para luego subir a su cuarto.

　　Camino hacia la cocina en donde mamá se encuentra preparando la cena.

　　—¿Cuánto falta? —preguntó desde el umbral.

　　—Casi nada cielo —responde ella, retira por un momento la vista de lo que estaba haciendo.

　　—Ya queda muy poca gente en el vecindario mamá —hago una pausa —Hay que prepararnos, ya casi falta menos de un mes.

　　—Lo sé —dice madre mientras cocina —Este año la pasaremos a salvo.

　　—Eso espero —hago un gesto para luego irme.

　　No quiero volver a pasar algo como lo del año pasado, además se que aunque luche tarde o temprano moriré.

　　Ian POV

　　Me aplico mi perfume, para luego mirarme al espejo y arreglar el cuello de mi camisa.

　　Bajo a la primera planta y camino hacia la cocina, ahí se encuentra mi hermana Shanon, que a veces puede ser un poco insoportable.

　　—Buenos días, Ian —me saluda ella para enseguida llevarse una cucharada de cereal a la boca.

　　—Hola Shar —me siento junto a ella y pongo leche al plato.

　　—¿Saldrás? — me pregunta, a lo que asiento con la cabeza —Recuerda que papá llega hoy de Japón.

　　—Estaré aquí en punto.

　　—Invitaré a Jax —dice ella.

　　Jax es el novio de Sharon y el cual vive a unas casas de aquí, es mi amigo desde la escuela.

　　—Está bien —digo poniéndome de pie para tomar las llaves de mi auto —Nos vemos.

　　Salgo de la mansión y me subo a mi auto, al subir lo enciendo para rápidamente conducir hacia la cafetería donde me esperan los chicos.

　　Mi grupo de amigos no es muy grande, pero es el grupo con el que me he juntado desde pequeño, entre ellos está Jax, Damian, Eric y Charles.

　　Al llegar a la cafetería me bajo de mi auto y entro al lugar, al entrar logro distinguir a los chicos que están sentados al fondo, camino hacia ellos.

　　—¡Ian, hermano! —me saluda Charles.

　　—Qué tal —digo tomando asiento.

　　—Sharon me ha dicho que tu padre llega hoy —dice Jax para luego pasarse una mano por su cabello.

　　—Si y estás invitado —le informó.

　　—Shari te vestirá otra vez como un jodido ken y por supuesto ella será Barbie —se burla Eric a lo que todos nos reímos.

　　—Lo que te espera amigo —dice Damián tocando su hombro.

　　—Falta menos de un mes para la purga —nos recuerda Charles —Este año hay que participar.

　　—No lo sé Charles, nosotros no participamos en eso, si quieres puedes ir a la fiesta donde puedes hacer lo mismo —digo mirándolo.

　　—Hermano quiero acción real esa mierda es más falsa que la novia de Eric —dice lo último burlándose.

　　—Tengo novia idiota —lo fulmina con la mirada —Solo no quiero presentarla a idiotas como ustedes.

　　De repente se acerca una chica morena con el uniforme de la cafetería, viene a pedir nuestras órdenes.

　　—Hola, ¿en qué les puedo ayudar? —pregunta dulcemente con libreta en mano lista para tomar la orden.

　　Noto que Charles se le queda viendo por un largo tiempo. Reconozco esa mirada, es su mirada de depredador.

　　—Hola cariño, quiero un café bien cargado con mucha azúcar —le guiña un ojo a la chica.

　　Reprimo una risa al ver el gesto de aburrimiento que le dirige la chica a mi amigo.

　　—¿Y ustedes? —pregunta a mí y a los demás apuntando con el lápiz.

　　—Yo solo quiero un café —respondo rápidamente.

　　—Yo quiero un sándwich y un café —le dice Eric —Y Damian con Jax quieren un jugo, por favor.

　　—Okey, los traeré enseguida —se marcha la chica.

　　—Charles, deja a esa pobre chica tranquila —sonrío mirándolo.

　　—Hermano, nadie se resiste al encanto de Charles Brown —toca su hombro egocéntricamente.

　　—Si claro, al ver su cara queda claro que la cautivaste —ruedo los ojos.

　　Todos en la mesa, excepto Charles, ríen como locos.

　　Charles me mira serio. Por un segundo creo ver odio en su mirada. Deben ser cosas mías, es uno de mis mejores amigos.

　　—Muy gracioso Ian —dice entre dientes bastante molesto.

　　Veo que la chica morena vuelve a acercarse a nosotros con algunas cosas de la orden.

　　—Aquí tienen —dice sacando las cosas de la bandeja y dejándolas encima de la mesa —Que lo disfruten.

　　—Claro que lo haré cielo —dice Charles con un tono coqueto a lo que la chica solo se va.

　　Luego de terminar de comer Charles, Eric y Damián se marchan dejándonos solo a Jax y a mí.

　　—¿Ian me acompañarías al centro comercial? Necesito comprar ropa ya que Sharon quiere que vea implacable —dice tomando sus cosas.

　　—Claro —asiento con la cabeza mientras también tomo las mías.

　　Nos ponemos de pie dispuestos a salir, pero logro ver a la chica morena, me acerco a ella.

　　—Ten—digo entregándole dinero—Ahí está la propina y perdona a mi amigo.

　　—Gracias —sonríe viendo con algo de sorpresa.

　　Al salir, antes de subir al auto miro una vez más hacia el interior y chica y yo cruzamos miradas.

　　Crystal POV

　　Después de recibir la gran propina del chico y cruzar miradas me voy a la parte trasera, la cocina.

　　Al llegar me posicionó junto a Alycia que está apoya en la barra esperando su orden.

　　—¿Qué te pasa?— pregunta mirándome.

　　—Un chico muy amable —sonrió mirándola.

　　—¿Chico amable? —cuestiona con una ceja alzada.

　　—Si, uno de sus amigos era un patán, pero fue muy amable me ha dado una propina muy grande —le cuento.

　　—Mmm... propina grande eso significa que es chico rico —dice junto a mi.

　　—Y al salir hemos cruzado miradas —recuerdo ese momento.

　　—Qué lindo, pero recuerda que los chicos ricos suelen ser malcriado, presumido y muchas cosas más —dice y eso puede ser verdad—En definición, problemas.

　　—Tienes razón —hago una mueca —Todos los chicos ricos son así.

　　Ella toma la orden y la lleva hacia su mesa dejándome sola.

　　El chico se veía tan amable, pero como dice Alycia todos los chicos ricos son malcriados y presumidos.