PopNovel

Reading Books on PopNovel APP

Corazón prohibido

Corazón prohibido

Updating

Introduction
Cuando llegué mi adolescencia, tenía sueños traviesos sobre mi padrastro. Un día, el hermano de mi padrastro descubrió mi sentimiento prohibido y me obligó a ser su amante a cambio de guardar el secreto. Disfrutaba esta relación con él, pero lo que no sabe es que mantenía la misma relación con mi primastro también. Cada vez que estaba con ellos pensaba en mi padrastro, creía que pasaría así el resto de mi vida, hasta que mi amado me empujó también a la cama, afirmando que me amaba desde hace mucho tiempo.
Show All▼
Chapter

**Esta historia NO presenta escenas de incesto y la protagonista no tiene ningún lazo sanguíneo con NINGUNO de sus intereses amorosos**

“¡Ah, ah, ah…! Edward, por favor, detente… no… ¡Ah…! no podemos hacer esto… ¡¡Ah!!” No podía dejar de jadear mientras el hermano de mi padrastro me besaba y metía su lengua en mi boca. Chupaba mi lengua con movimientos circulares suaves, pero apasionados.

“¿No te ordené que me llamaras ‘profesor’ mientras estábamos en el trabajo?” Me respondió con sarcasmo y siguió profanando el interior de mi boca. Estaba tan conmocionada por lo que estaba sucediendo que mi cuerpo se congeló. Sin embargo, mis manos sujetaban con fuerza su bata blanca de laboratorio. Traté de separar mis labios de los suyos, pero sujetó la parte trasera de mi cabeza con sus cálidas y grandes manos. Entonces me empujó hacia sus labios húmedos y hambrientos para tocar mi lengua una vez más.

“Te haré sentir tanto placer que te olvidarás de Lucien.” Se rio cerca de mi oído, luego susurró con su voz profunda y seductora.

“¡Ah…! Por favor…” Dejé escapar otra inesperada oleada de gemidos. Entonces sus grandes y varoniles manos se deslizaron poco a poco debajo de mi bata de laboratorio y ya no pude controlar mi mente ni mi cuerpo. Sujetó mi pecho izquierdo y lo masajeó con mucha intensidad. Su toque hizo que todo mi cuerpo se sacudiera, y comencé a sentir algo caliente y pegajoso saliendo de entre mis piernas. Era imposible, estaba sucumbiendo muy rápido ante él y no podía controlar cómo reaccionaba mi cuerpo. De pronto, me sujetó de espaldas contra su mesa de trabajo para acorralarme con su cuerpo esbelto y colocó su pierna izquierda entre mis muslos. Era como si pudiera sentir cuán excitada me sentía. Traté de pedirle que se detuviera, pero los únicos sonidos que pude producir fueron gemidos mezclados con mi respiración agitada. Para este momento, mi tío estaba acariciando mis dos pechos sobre mi ropa.

“No… para… no puedo hacer…” Gemía y jadeaba mientras él lamía con suavidad los lóbulos de mis orejas. Luego me chupó la oreja por completo produciendo unos sonidos húmedos por la succión. Se sentía tan intenso que no pude evitar abrir los ojos de par en par. Entonces vi su hermoso rostro y su mirada ardiendo por el deseo. “Son tan parecidos.” Pensé en el calor del momento. Sus ojos verdes, su cabello castaño oscuro, su hermosa nariz recta, sus labios juguetones y su cuerpo atlético eran tan similares al del hombre que amaba y deseaba en secreto… mi padrastro.

Me besó de nuevo con pasión y metió su lengua muy dentro de mi boca. Cada vez que cambiaba de posición para besarme de otra manera, nuestra saliva mezclada goteaba de entre nuestros labios. Mientras gemía entre nuestros besos, sentí su muslo presionando contra mi palpitante entrepierna.

“Tu c*ño está devorando mi pierna.” Bromeó Edward.

Cuando escuché estas palabras, todo mi cuerpo se congeló. Me sentí muy avergonzada al darme cuenta de que había perdido el control ante este hombre. En medio de mi conmoción, sus manos rápidas abrieron la parte delantera de mi blusa y me quitó mi sujetador para revelar mis pechos desnudos ante él. Podía sentir la temperatura fría del laboratorio chocando contra mi piel desnuda y mis p*zones se endurecieron en un instante. Sin embargo, el frío no duró mucho porque cubrió mi pecho izquierdo con su mano cálida y chupó mi p*zón derecho con sus labios calientes.

“¡No, por favor!” Grité con una voz tan tensa que apenas me pude reconocer. Entonces sentí su lengua caliente lamiendo mi p*zón muy rápido mientras apretaba y frotaba mi otro pecho con fuerza. No pude evitar sujetar su cabello con mis manos mientras continuaba chupando más fuerte mi p*zón duro e hinchado. Cuanto más fuerte chupaba, más fuerte yo gemía y sentía que mi c*ño latía y se estremecía. Estaba perdiendo el control ante el placer y comencé a mover mis caderas más rápido para sentir su muslo contra mí. Era la única manera en que podía aliviar mi lujuria por el momento.

“Estás empapada ahí abajo… Supongo que el pervertido de tu tío te excita mucho.” Susurró en mi oído para provocarme mientras empujaba sus dedos contra el centro de mi entrepierna. Podía sentir como frotaba a través de mi ropa interior.

“Tu ropa interior está mojada. ¿Te corriste solo porque te chupé los pechos?”

De repente, levantó mi falda hasta la altura de mi cintura, y sentí el aire frío golpeando contra mi área húmeda y caliente expuesta. Luego me quitó la ropa interior con un movimiento rápido. Ya no había tela que pudiera contener la humedad dentro de mí, así que pude sentir como mi lubricante se chorreaba poco a poco desde entre mis labios v*ginales hacia mis muslos. No fue hasta este momento que me di cuenta de lo mojada que había estado todo este tiempo.

“Ya no sigas… alguien podría entrar…” Susurré la única excusa que se me ocurrió para que se detuviera.

“Entonces supongo que será mejor que contengas esos sonidos tan sucios que has estado haciendo.” Respondió y, con un movimiento rápido, metió su dedo muy profundo dentro de mí. De pronto, grité de placer. Mis piernas apenas podían soportar mi propio peso y tuve que apoyarme contra la mesa para no caer. Todo el laboratorio de mi tío se llenó de sonidos húmedos mientras movía su dedo dentro y fuera de mí. Después, se quedó dentro para tocar la parte superior de mi agujero y estimular el lugar más placentero.

“¿Aquí te gusta?” Preguntó con una voz ronca y seductora mientras su dedo presionaba el lugar perfecto. Podía sentir como me ponía cada vez más húmeda mientras él seguía estimulándome. No pude controlarme y cedí ante el placer que crecía dentro de mi c*ño y comencé a frotarme con fuerza contra su mano mientras gemía en voz alta sin que nada me importara. Los golpes de los sonidos húmedos resonaron en toda la habitación, y se mezclaron con nuestros gemidos jadeantes y apasionados. Él pudo sentir que no era suficiente para mí, así que metió otro y comenzó a frotar aún más fuerte y más rápido desde varios ángulos diferentes.

“Tu c*ño está succionando mis dedos… eres una p*ta. Ya no puedo esperar para f*llarte muy duro.” Dijo entre gemidos en mis oídos mientras me tocaba con fuerza. Luego procedió a chupar mis p*zones erectos una vez más y, con su otra mano, pellizcó mi cl*toris hinchado y duro. Ya no pude soportar el dulce dolor entre mis piernas y pude sentir que estaba a punto de tener… un org*smo.

“Tu interior está temblando mucho… ¿te vas a correr en cualquier momento?” Preguntó mientras no dejaba de chupar mis p*zones y producía fuertes sonidos de succión que parecían burlarse de mí. A decir verdad, no habría podido responderle ni aunque hubiera querido. Mi mente se estaba quedando en blanco y me sentía entumecida por el placer que me estaba provocando. Mi cuerpo se movía solo reaccionando al instinto animal y la lujuria. Me incliné hacia atrás y lo envolví con mis piernas mientras levantaba mis caderas para moverme y sentir sus dedos mientras él se movía con más intensidad.

Rodeé su cuello con mis brazos y tiré de su cabeza para darle un beso salvaje y profundo utilizando nuestras lenguas calientes. Entonces alcancé el orgasmo y grité dentro de su boca. Arqueé mi espalda contra su cuerpo y me acerqué más a sus dedos que todavía estaban enterrados dentro de mí. Luego envolví mis piernas alrededor de sus caderas con mucha fuerza para acercar su cuerpo al mío. La última sensación que pude recordar antes de que mi mente se quedara en blanco fue una oleada de líquido caliente saliendo desde lo más profundo de mi v*gina.

“Natalia, reacciona… todavía no hemos terminado.”

No estaba segura de sí volví en mí al escuchar su voz o al sentir que la entrada de mi agujero se estaba abriendo. Él me había levantado para sentarme sobre su mesa de trabajo y… lo pude sentir mientras estaba dentro de mí… Era grande, caliente y duro. Su p*lla estaba dentro de mí mientras me abría las piernas con sus manos para poder llegar a lo más profundo.

“Incluso después de correrte, sigues muy apretada… Supongo que mis dedos no son suficientes para tu c*ño hambriento…”

Retrocedió para sacar su p*lla de mi interior y la volvió a meter dentro de mi c*ño tembloroso. Fue doloroso y placentero a la vez. Mientras estaba dentro de mí, las paredes de mi v*gina se amoldaron a su tamaño y forma.

“No me aprietes demasiado, voy a comenzar a moverme… Mantén las piernas abiertas para mí.” Ordenó Edward.

Obedecí como si estuviera hechizada por su orden y mantuve mis piernas abiertas para él mientras entraba en mí rápido y duro. Entraba y salía una y otra vez… Empujando cada vez más fuerte y más profundo. Su enorme p*lla frotaba mis paredes internas y golpeaba mi útero con cada penetración. Mientras su p*lla estaba dentro de mi c*ño, su lengua estaba dentro de mi boca para silenciar mis gritos de placer.

Padre, por favor, perdóname por lo que estoy haciendo. Su rostro y su cuerpo eran tan similares a los de mi padre que me excitaban mucho. Mi tío me sentó sobre la mesa para poder entrar aún más profundo y, en cuestión de segundos, estaba gimiendo como un loco imparable. Sentía como si todo mi cuerpo se hubiera derretido entre sus brazos y, con cada golpe de su p*ne dentro de mí, me acercaba poco a poco al org*smo.

“Me voy a… Me voy a…” No pude evitar jadear y lo sujeté con mis piernas para sentir su p*lla lo más dentro de mí.

“¡Me voy a correr… corrámonos juntos, Natalia!” Jadeó con fuerza al lado de mi oído y sujetó mi cuerpo entre sus brazos. De repente, levantó mi c*lo de la mesa para penetrarme más fuerte y más rápido. Apreté sus caderas muy fuerte con mis piernas y mi c*ño apretó su p*lla, entonces grité como una loca y tuve otro org*asmo. Me metió su p*lla por última vez, pude sentir como se retorcía dentro de mí y sus b*las se contrajeron para disparar su semilla caliente en lo más profundo de mí.

¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!

“Hola, Lucien… Sí, justo ahora, estamos terminando con el trabajo. La llevaré en unos minutos… No, no creo que pueda quedarme a cenar, dejaré a tu hija y me iré… Muy bien, nos vemos pronto.”

“Ya escuchaste, tu padre quiere que regreses a casa ahora mismo. Vístete y te llevaré. No me gustaría hacer esperar mucho tiempo a mi querido hermano para poder cenar con su amada hija… Ve a mí coche cuando hayas terminado.”

Seguía exhausta por nuestra actividad tan caliente. Entonces deslizó su p*lla fuera de mí. Enseguida, una mezcla de nuestros jugos chorreó desde mi abertura hacia mis piernas y al suelo. Solo entonces, me di cuenta de que esta era la primera vez en mi vida que lo había hecho sin protección y tenía la semilla de un hombre dentro de mí. Se podía sentir el aroma del s*xo en la habitación mientras mi tío se vestía en silencio. Después, se fue sin decir una sola palabra más.

Me vestí lo más rápido que pude en medio de mi confusión, tomé mi bolso y salí de su oficina en dirección al aparcamiento donde me estaba esperando. ¿Qué había hecho? ¿Cómo había podido perder el control y me había entregado a mi tío con tanta facilidad? Había hecho algo muy malo, inmoral y repugnante… Mientras mi tío me f*llaba en su oficina de una manera tan salvaje, yo estaba pensando en mi padre… pero… un momento… ¿cómo lo supo? Sentí un escalofrío en la espalda cuando me di cuenta de que, de alguna manera, sabía mi oscuro secreto. Edward sabía que estaba enamorada de mi padrastro y que lo deseaba. Él sabía de mi amor prohibido hacia su hermano mayor…

Entonces cogí mi móvil y vi un mensaje de mi primo, Zak.

“¿Cómo te fue en la primera semana de tu pasantía con el tío Edward? Extraño tenerte entre mis brazos. Avísame si estás libre más tarde en la noche… Siempre te amaré.”

Continuará…